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Transparencia y democracia interna, materias pendientes de los partidos

Santo Domingo.-Aunque el sistema de partidos políticos lleva más de cuatro décadas, desde que fuera instaurado con ciertas formalidades en la República Dominicana, a partir de 1962, sigue acusando falencias que se expresan en luces y sombras.

Un sistema de partidos se define como el conjunto de organizaciones que ejercen la actividad política en un determinado Estado y los elementos que caracterizan sus estructuras: cantidad, las relaciones entre sí, tanto respecto a la magnitud de ellos como a sus fuerzas relacionales y las ubicaciones respectivas, ideologías.

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En el caso dominicano, la necesidad de modernizarse, el clientelismo, la falta de transparencia y la incapacidad para consensuar acciones para resolver problemas de gobernanza, de consolidación de la democracia y de la ejecución de políticas públicas eficaces, figuran a la cabeza de las tareas pendientes de las organizaciones políticas.

En las elecciones presidenciales de mayo de 2012, un total de 24 partidos tenía reconocimiento de parte de la Junta Central Electoral (entre ellos el de la Liberación Dominicana, Revolucionario Dominicano, Reformista Social Cristiano, Bloque Institucional Social Demócrata, Movimiento Democrático Alternativo, Alianza por la Democracia, Unión Demócrata Cristiana, Quisqueyano Demócrata Cristiano, Frente Amplio, Fuerza Nacional Progresista y Revolucionario Social Demócrata).

También, el de los Trabajadores Dominicanos, Humanista Dominicano, Dominicanos por el Cambio, Popular Cristiano, Demócrata Popular, Cívico Renovador, Demócrata Institucional, Unidad Nacional, Liberal de la República Dominicana La Estructura, Acción Liberal, Socialista Verde, Alianza Social Dominicana y Alianza País.

Luces y sombras

El sistema de partidos exhibe entre sus luces el hecho de que ha mostrado suficiente madurez para evitar crisis políticas en los momentos en que se han presentado coyunturas difíciles, como la suscitada a raíz de la celebración de las elecciones presidenciales de 1994. Gracias al acuerdo de las fuerzas políticas se pudo realizar una reforma constitucional que permitió resolver la crisis heredada de lo que se consideró un proceso electoral fraudulento.

Mediante la reforma constitucional pactada de 1994 se redujo en dos años el mandato del entonces Presidente de la República, Joaquín Balaguer, se separaron las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales y de establecieron los colegios electorales cerrados.

Las organizaciones políticas también han salido adelante con cuestiones de impacto nacional como el Plan Decenal de Educación (1993-2013), el Diálogo Nacional (1996) y el Pacto Nacional Educativo (2014).

Mientras que dentro de las sombras están la permanencia de las prácticas clientelistas dentro de los partidos y la eternización de las cúpulas dirigenciales, impidiendo el ascenso de nuevos dirigentes.

Lo anterior explica, de alguna manera, la tardanza en propiciar la aprobación de los proyectos de Ley Electoral y de Agrupaciones Políticas.

Modernización

Diversos diagnósticos hechos dan cuenta de la necesidad de que las organizaciones políticas dominicana se modernicen y, de esa manera, superar sus debilidades con miras a su fortalecimiento y contribuir a fortalecer el sistema democrático.

Entre las sugerencias han estado la creación de capacidades en el sistema de partidos políticos para el mejor desempeño de sus funciones, mediante dos líneas de trabajo: la modernización de estructuras, mecanismos y procedimientos; y la formación, centrada esencialmente en la capacitación de formadores.

La idea ha consistido en generar un efecto multiplicador, asegurar la sostenibilidad de las propuestas de mejora implementadas, y favorecer la renovación de dirigentes.

Además, la elaboración de estudios de desarrollo humano en las comunidades que sirvan como herramientas para que las agrupaciones políticas puedan diseñar, proponer e implementar políticas, planes y acciones desde y hacia los territorios acordes con las necesidades y demandas reales de la población, alineadas con las estrategias nacionales de desarrollo.

E l trabajo “Diagnóstico sobre la Situación del Sistema de Partidos en la República Dominicana” (2005-2010) del Programa de Formación y Gerencia Política, financiado por la Agencia Internacional de los Estados Unidos para el Desarrollo, señala: “…

En la actual etapa de consolidación democrática, la política en el país ha pasado a ser no solo instrumental, sino también más corporativa, introduciendo en el sistema un (manejable) potencial permanente de ingobernabilidad.

En este marco, la clientelización de la política parece ser la modalidad efectiva del autoritarismo dominicano contemporáneo en condiciones de competitividad, ciudadanía de baja intensidad, bajo perfil del Estado de Derecho y fuerte presidencialismo…”.

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