Mirar a la otra orilla del río Ozama con la perspectiva de la margen occidental resalta lo hecho y lo que falta. FUENTE EXTERNA
Santo Domingo.-La inauguración de un tramo de la Avenida Paseo del Río en el Nuevo Domingo Savio ha puesto al servicio de los vecinos de Gualey y Los Guandules una obra de lujo que se levanta en la margen occidental del río Ozama y sin proponérselo proyecta la margen oriental, a la que es imposible que no vayan los ojos movidos por el violento contraste.
“Así era”, dice el barranco del otro lado con sus casuchas de hojalata. “Así era el lugar desde el que ahora se contempla la belleza del río”, que puede ser usado para navegar, transportarse, deleitarse desde un banco de cemento o recostado de una palmera. Algún día tal vez pueda ser usado para nadar y pescar.
El tramo inaugurado es pequeño, casi breve. Es un tercio del proyecto. Una mierdécima de lo que necesita el país para empezar a cambiar la vida de millones de personas, pero acaso alcance para arrancarle una lucecita en los ojos a los capacitados para ver en las cosas pequeñas lo que algún día puede llegar a hacerse en grande.
Un tramo de vía
Todavía inútil para el tránsito de vehículos por limitada e inconclusa —es apenas de un kilómetro—, la avenida pone en valor dos elementos clave en cualquier comunidad o asentamiento humano: la gente y el entorno.
A los vecinos les han cambiado el paisaje por la intervención estatal y esto debe provocar una necesidad en ellos de mejorar sus casas, construirles fachadas a tono con la obra, la vista al río, canchas de baloncesto y beisbol, aceras arboladas, luces sin cableado visible y una moderna división entre las dos vías con orugas divisorias que parecen gongorochos sobre la calzada de hormigón.
De acuerdo con el proyecto dado a conocer por Urbe (acrónimo de Unidad Ejecutora para la Readecuación de Barrios y Entornos), cuando esté concluida la vía tendrá una extensión de tres kilómetros y cuarto (3,293 metros).
“La vía consta de 4 carriles, los cuales incluyen además espacios para estacionamiento de autobuses a todo lo largo de la vía, amplias aceras provistas de bancos y un área exclusiva para ciclo vía”, informa Urbe.
Algo creativo
El nombre que le han dado los administradores de la construcción a este complejo vial (complejo porque hasta donde ha sido posible ver tiene varios elementos integrados) es complicado: Avenida Paseo del Río en el Nuevo Domingo Savio.
Acaso un día sea simplemente “Paseo del Río” en vista de que ellos mismo prefieren designarla con este nombre en algunos documentos. El nombre Malecón de los Pobres, recogido durante un recorrido al anochecer del domingo tiene aire popular, pero lo acompaña el lastre de la pobreza y la marginalidad del que deben alejarse los habitantes del entorno.
Ellos deberán hacer un esfuerzo, ponerse creativos y mejorar sus casas, adornarlas y ponerlas a tono con el cambio radical de su entorno. En este proceso, ya con las fiestas de Navidad y Año Nuevo a una cuarta, deben ser acompañados por las entidades del gobierno para que tengan una fiesta singular de cara al año que se inaugura a la media noche del 31 de diciembre.
Los de la otra orilla, colgados del barranco de Los Mina Sur, deberán tener algún día su turno, pero mientras les llega pueden ir alistando yolas o botecitos para irse en las noches a pasear en las amplias aceras, tomarse fotos junto a las palmeras recién plantadas y admirarse del amplio y hermoso río del que tal vez nunca hayan apreciado la belleza y las oportunidades que debe de tener guardadas para los que viven a la orilla.
Las viviendas
En el corto trecho que fue puesto ayer en servicio no hay una veintena de casas vestidas para la fiesta.
Una tiene tres niveles con un enorme árbol de aguacate que la cubre, pero la perjudica una escalera en el frente que tal vez antes estaba en la parte de atrás o daba a una calleja.
Un poco más al norte hay tres casas consecutivas —una, por cierto, tiene cafetería en el primer nivel— que se muestran a tono, con pintura nueva y reluciente.
Las otras deben ser acondicionadas, así que por allí tienen oportunidades los trabajadores sociales del gobierno, no para hacer y regalar sin medida, sino para acompañar, como hacen los amigos, que preguntan por lo que quiere hacer el otro, aconsejan y finalmente arriman el hombro.
El proyecto
—1— La avenida
El tramo inaugurado se hizo con una inversión de RD$1,600 millones de pesos.
—2— Pago y obra
Urbe informó que este inversión incluyó el pago de la indemnización a 1727 familias que vivían en el entorno.
—3— Extensión
El Tramo Uno del proyecto tiene una longitud de 1,043 metros.
La avenida tiene áreas para todos y aún más
La vía. La gente bajaba a la avenida a despejarse . Los perros la caminan y algunos se extienden, plácidos, ajenos al ajetreo de los constructores que acondicionaban para la inauguración.
En una conversación informal en medio de la vía con tres mujeres de las que, ignorando las restricciones en la víspera de la inauguración, se salieron de los callejones en los que viven y se fueron a una de las áreas acondicionadas para compartir, salió a relucir el impacto de la obra.
Una de ellas dijo que era algo para millonarios y que no quisiera ver la hora en que la quieran sacar de allí para entregarle aquello a los ricos.
Debe de tener una buena razón para pensar de esta manera, pero lo que dicen los hechos es que las cosas ocurren de otra manera: los pobres venden las casas, a veces en bloque, y alguien con dinero y buen gusto aprovecha el lugar.
Los de La Ciénaga, Los Guandules y Gualey tendrán ahora que aprender urbanidad.