La tragedia de Polyplas, por una explosión que mató cuando menos siete y dejó un incierto número mayor de heridos y docenas de hogares demolidos o afectados en Villas Agrícolas, tras casi una semana de ocurrida parece más un misterio que un suceso noticioso.
No obstante tuits de Manuel Diez Cabral, presidente de su matriz Diesco, y una “rueda de prensa” sin preguntas ni respuestas, la falta de información ofrecida veraz, oportuna y voluntariamente por la empresa o las autoridades, ha alentado toda clase de dudosas versiones fantásticas divulgadas por redes sociales.
Ante la magnitud del siniestro, es inexcusable que el website de Polyplas no tenga ni un byte del hecho, pero sí blasone que desde 1966 es una empresa líder. Las autoridades deben satisfacer el derecho y la necesidad del público de saber qué pasó, cómo remediarán los daños y evitar que pase algo similar en otras empresas.
La enormidad de la desgracia requiere respuestas, reacciones, consolar los sobrevivientes y remediar los daños encausando todos los responsables penal y civilmente.