Santo Domingo. El cielo nublado de Las Matas de Santa Cruz pareció unirse al duelo de un pueblo consternado. En medio del pesar colectivo, el presidente Luis Abinader y la primera dama, Raquel Arbaje, acudieron a las honras fúnebres de Nelsy Cruz, gobernadora de Montecristi, quien falleció trágicamente en la discoteca Jet Set.
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La ceremonia, cargada de tristeza pero también de gratitud, fue un homenaje a la vida y legado de una funcionaria que supo ganarse el respeto y el cariño de su comunidad.
Visiblemente conmovido, el presidente Abinader dirigió unas palabras a los presentes, en las que resaltó las cualidades humanas y profesionales de Cruz. La describió como una servidora pública ejemplar, comprometida con las causas sociales, honesta, cercana y profundamente entregada a su labor.
“El país está de luto”, expresó el mandatario, dando voz al sentir de una nación impactada por la pérdida.
Abinader rememoró su vínculo personal con Cruz, a quien consideraba una amiga y compañera de partido. Habló de su vocación de servicio, su firmeza en la toma de decisiones y su entusiasmo por transformar la vida de los más vulnerables. Cada pausa, cada gesto, reflejaba no solo el pesar institucional, sino también el dolor de una pérdida que trasciende la política.
La misa de cuerpo presente, presidida por el obispo Diomedes Espinal, reunió a centenares de ciudadanos, familiares, autoridades y líderes comunitarios. En su pueblo natal, Nelsy Cruz recibió el último adiós de quienes la vieron crecer, servir y dejar una huella indeleble en la vida pública de Montecristi.
Las muestras de afecto no cesaron durante toda la jornada. Amigos, colegas y vecinos recordaron su liderazgo empático, su capacidad de gestión y el amor profundo que profesaba por su provincia. No fue solo una gobernadora, fue una guía, una amiga y un símbolo de esperanza para muchos.
El presidente también dedicó palabras a los familiares de las demás víctimas del trágico suceso, extendiéndoles su solidaridad y reiterando el compromiso del gobierno de acompañarlos en su dolor.
En medio de oraciones, abrazos y silencios entrecortados por el llanto, Las Matas de Santa Cruz despidió a una de sus hijas más queridas. En la memoria colectiva quedará la imagen de Nelsy Cruz no por cómo murió, sino por cómo vivió: con entrega, dignidad y un amor inquebrantable por su gente.
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Dayana Acosta
Periodista dominicana con maestría en Comunicación Corporativa y Gerencia Hospitalaria y Seguridad Social. Apasionada de la investigación y de contar historias con propósito.
