Tráfico en Santo Domingo

Tráfico en Santo Domingo

Tráfico en Santo Domingo

David Alvarez

Tenemos semáforos que les llaman inteligentes, sin demostrarlo, agentes de Amet que nadie les reconoce inteligencia, pero hacen lo que pueden, y un modelo de ciudad que ni es inteligente, ni urbana, ni dan deseos de vivir en ella.

Y no se le deben las virtudes o defectos al actual alcalde, ni a los precedentes, ni merecen nuestra confianza los que se candidatean para “sacrificarse” por nuestro Santo Domingo, ya que el mal está precisamente en delegar una responsabilidad que es de todos.

Una ciudad, su tráfico, sus aceras, sus parques y actividades, es un derecho de gestión de quienes en ellas habitan, para lo cual escogen delegados que ejecuten lo que la gente desea, no lo que tiene en su cabeza el o la incumbente.

Por eso resulta obsceno los salarios de los regidores, ya que deberían ser una representación de la voluntad de los ciudadanos en sus ratos de ocio y no una fuente de ingresos injustificables.

Pero si la población es indiferente a lo acontece, pues ojalá nos toque el peor alcalde o la peor alcaldesa, ya que sin voluntad de compromiso con hacer una ciudad más habitable por todos los que vivimos, no debemos esperar milagros.

Es en la ciudad -como lo hicieron los griegos- donde se pone a prueba la calidad de la democracia, no como dádiva, si no por voluntad expresa de los ciudadanos.

Santo Domingo está lejos de ser mejor ciudad porque sus habitantes así lo deciden cotidianamente. No busquemos la fiebre en la sábana.



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