Ahora que entramos en el debate como parte del diálogo en el Consejo Económico y Social para la mejora y reforma de las instituciones públicas y leyes fundamentales, es necesario mirar el gran ausente.
Nos referimos a la reforma fiscal, cuyo espacio de tiempo para que sus resultados se reflejen en el próximo presupuesto 2022 se está agotando rápidamente.
Las motivaciones y justificaciones para la revisión de las fuentes de ingresos del Estado sobran, así también no es necesario explicitar más la necesidad de una ley de responsabilidad fiscal, sobre la cual recién escribimos su objetivo y contenido.
Toca repasar las razones que traban el avance de esta revisión, cuya dilatación se hace más urgente por el continuo déficit fiscal y el peso de la deuda pública que ha requerido para sostener el mismo.
En primer lugar, están las exenciones, las cuales, para sorpresa de todos los entendidos, se continúan otorgando, sea para motivar innovaciones o mecenazgos, entre muchas otras recién otorgadas o puestas en vigor. Pero más que este proceso de concesiones, están las contempladas en leyes de incentivos o de control indirecto de precios. La cantidad de intereses creados es enorme y las posibles repercusiones más aún.
Solo tómese como ejemplo los hidrocarburos, la tarifa eléctrica, las zonas francas o el turismo.
En segundo lugar, está la enorme informalidad que representa más de la mitad de la actividad económica del país. Considérese que casi el 80 % de las empresas del país cuenta con 10 empleados o menos.
Agréguese el alto y complicado sistema fiscal y de sostenibilidad legal, así como los diferentes componentes del costo laboral, y se comprenderá el porqué es tan difícil el paso de la informalidad a lo formal y, por ende, a contribuyentes de impuestos directos.
De no vencerse las trabas, intereses y consecuencias como las aquí sintetizadas, será muy difícil lograr una reforma integral que procure simplificar el sistema vigente, aumentar las recaudaciones y blindar la nación contra el gasto innecesario sin la apropiación necesaria de recursos ni mayores endeudamientos.