Trabajo Social

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Trabajo Social

Salvo la psicología y la economía, que cada año genera egresados suficientes para el mercado dominicano, tenemos un grave déficit en el resto de la formación de cientistas sociales. Sociología, historia, politología y trabajo social no están siendo demandados por los estudiantes que salen del bachillerato y la oferta de programas de postgrados es muy limitada. Las universidades no están ofertando los programas en esa área del conocimiento, precisamente por considerar que no habrá demanda. Se crea en consecuencia un círculo vicioso. No hay demanda y cuando la hay no existe la oferta necesaria.

La PUCMM en gran medida ha roto con esa tendencia y está ofertando una maestría y un doctorado en Historia del Caribe que ha recibido muchos candidatos que están formándose con un alto grado de calidad y está a punto de abrir un programa de licenciatura en Trabajo Social y en Ciencias Políticas. Estas licenciaturas seguro se llenarán por lo atractivo de la oferta. Ojalá otras universidades ofrezcan programas semejantes.

En el caso de Trabajo Social es fundamental que el Estado abra plazas para profesionales en esas áreas. Cada centro educativo, cada unidad sanitaria y centro penitenciario, por mencionar algunos casos, necesitan tener trabajadores sociales, formados como tales, para atender las necesidades de esos servicios públicos con las comunidades y familias. En el sector privado hay igual necesidad en la educación y salud, pero también toda empresa con un mínimo de 50 empleados necesita un trabajador social que atienda a las necesidades de sus empleados, procurando una mejora de la calidad de vida y atención a sus necesidades y sus familias.

En muchos casos las necesidades en esa área son cubiertas por psicólogos organizacionales o profesionales de otras áreas, improvisados en esa temática. La solución está en formar trabajadores sociales especializados en su área y que las plazas demandadas requieran esos profesionales titulados. El trabajo social requiere una sólida formación en las variables socio-económicas del país y dominio de los servicios que necesita cada individuo, sea un estudiante, un paciente, un interno carcelario o empleado de una empresa.

La queja común que surge a cada rato de la disolución de los vínculos familiares en nuestra sociedad y las patologías de violencia o abandono de los miembros más vulnerables de cada hogar, demanda la intervención de trabajadores sociales que ayuden a detectar los problemas citados y conecten a los individuos con los servicios que contribuirían a solucionar esas falencias.

No es posible una planificación de parte del Estado, sea a nivel del Poder Ejecutivo o municipal, para incrementar la calidad de vida de los ciudadanos en cada zona geográfica del país sin una bien articulada red de trabajadores sociales que vinculen al conjunto de pobladores de cada sector con los planes de desarrollo y determinar cuáles son las necesidades más sentidas por barrio o comunidad rural. Por eso se construyen escuelas o centros sanitarios donde no se necesitan o no se ofertan la suficiente cantidad de aulas o médicos por comunidad.

La supervisión de la nutrición de la población, el desarrollo de formas organizacionales de las comunidades, la efectividad de los planes de vacunación, la supervisión de la calidad de la salud mental, la promoción de formas de capacitación para el trabajo o el emprendedurismo, la articulación de servicios legales para los sectores más vulnerables y la integración de emigrantes o dominicanos retornados del extranjero, por mencionar algunos servicios básicos, no pueden organizarse y ofertarse efectivamente sin la presencia de trabajadores sociales bien formados profesionalmente. Su ausencia es en gran medida un factor causal del caos que observamos en los poblamientos marginales y el desperdicio de recursos públicos cuyo destino debe ser para el beneficio de todos.

El Trabajo Social en toda sociedad moderna es la red esencial de servicio para el desarrollo de las comunidades, familias e individuos.