SANTO DOMINGO.-Vienen desde distintas rutas migratorias, entre las que figuran la isla de Guadalupe, el sureste de Estados Unidos, México, Cuba, Bahamas y otras costas del Caribe, según la especie que sea. Aunque no siempre se sabe el sitio ni la hora donde harán sus apariciones, sí se ha comprobado que las tortugas marinas son leales a sus lugares de eclosión y saben retornar a éstos 14 y 15 años después de haber nacido.
Al estar en plena temporada de anidamiento de estas especies, Jonathan Delance, especialista en el tema y asesor del Viceministerio de Recursos Costeros y Marinos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cuenta que el registro por anidación a nivel nacional no es totalmente preciso porque las tortugas no avisan la hora, día o playa en que lo harán.
Lo que sí es rutinario durante la época es el monitoreo, patrullaje nocturno y diurno para confirmar los anidamientos de marzo hasta finales de noviembre.
“Entre los lugares que siempre hemos tenido su presencia están las Islas Saona y Catalina, La Altagracia, Pedernales, El Seibo, en Santo Domingo llegan a la playa de Guibia, y Manresa, también a Samaná, María Trinidad Sánchez y Montecristi.
No sé si vienen por encontrar las costas más tranquilas o por alimento, pero se da la condición de que sus sucesores estuvieron por aquí y las predestinó, porque donde nace la tortuga vuelve a poner su nido ahí”, revela Delance.
Rol ambiental
En sus ecosistemas, limpian diversos espacios por alimentarse de hiervas marinas, como es el caso de la tortuga verde. También, sirven de alimento a otras especies ya que en el mar tienen depredadores naturales como el tiburón y la orca. En la tierra, hormigas y cangrejitos consumen sus huevos; las ratas los hacen inviables, y algunas aves; los mapaches se las comen. Por esas razones, apenas una de cada mil llega a la adultez.
Pero no solo sus depredadores naturales afectan su reproducción, también la actividad humana, hoy seis de las siete especies de tortugas marinas se encuentran en peligro de extinción; la carey, en peligro crítico.
Qué les perturba
Ante su llegada, el experto afirma que entre los elementos que les pueden perturbar está la contaminación lumínica, dada su sensibilidad a ciertos espectros de luz que las desorientan para llegar a sus rutas.
“Por eso se recomienda que en las zonas costeras donde hay anidamiento de tortugas no se coloquen luces blancas que las distraen. Si es extremadamente necesario, usar rojas o ámbar por ser más amigables con ellas.
Evitar la presencia de perros que las acosan y estresan al poner sus huevos, además de construcciones y basura que estorban o limitan su espacio de anidamiento” añade Delance quien exhorta a cuidar estas especies durante todas las épocas del año.
Reportes de lugares
— Registro
Están por confirmarse los reportes de lugares donde han hecho su aparición este año, vale tener pendiente el prevenir su caza, venta y tráfico ilegal, además de promover las ventajas del ecoturismo de tortugas marinas.