En mi época de escolar, hace ya mucho tiempo, se enseñaba la “Historia Patria” a base de aprender de memoria el texto de Bernardo Pichardo.
El estudiante se embotellaba lo que estaba escrito en el libro, con puntos y comas, sin entender bien el significado de lo leído. Ese sistema daba por resultado que el alumno se desarrollaba cargado de prejuicios e inexactitudes que le acompañarían durante toda su vida.
Fruto de esa situación, muchos dominicanos crecimos con un conocimiento muy rudimentario de nuestra Historia, la cual, por cierto y por suerte, hoy día es estudiada y analizada con espíritu científico e investigativo por calificados historiadores que cada día que pasa nos acercan más a la verdad.
Uno de los puntos que, a mi modesto entender, faltan por aclarar en la Historia dominicana, es el relativo a ese personaje de la época independentista llamado Tomás Bobadilla y Briones.
Mientras unos le tienen como un hombre malo y mezquino, otros le consideran como una ficha clave en la construcción de la naciente República Dominicana.
El periodista Manuel Otilio Pérez publicó hace un año un libro sobre Bobadilla que es preciso leer para conocer mejor a este hombre y sus relaciones con los trinitarios.
Me atrevo a sugerir le celebración de un taller o seminario sobre el personaje en cuestión, a quien, talvez, la Historia no ha tratado en la dimensión que le corresponde.
La Academia de la Historia, el Archivo General de la Nación, alguna universidad u otra institución acreditada podría interesarse en ello.
Que no caiga esta iniciativa en el vacío.