El cubano Mijaín López agrandó aún más su leyenda este lunes al conseguir su cuarta medalla de oro olímpica, convirtiéndose en el luchador con más oros olímpicos de la historia.
López venció por 5-0 al georgiano Iakobi Kajaia en la final de lucha grecorromana 130 kg y superó el récord del ruso Alexander Karelin, quien obtuvo tres oros consecutivos olímpicos entre 1988 y 1996.
Y es que el triunfo de López, de 38 años, está lleno de hazañas.
Conquistó el título olímpico en Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016. Desde Pekín está invicto en Olimpiadas y en Tokio no cedió un solo punto en todo el torneo.
De esta forma iguala el hito de la luchadora japonesa Kaori Icho, quien también ganó cuatro oros consecutivos en Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016.
Minutos antes, el habanero Luis Orta también logró la ansiada medalla de oro tras vencer en la categoría de 60 kg al japonés Kenichiro Fumita por 5-1. Fue la primera medalla de oro en estos Juegos.
Cuba suma por el momento siete medallas en los Olímpicos de Tokio.
Las medallas de Cuba han contribuido a un día exitoso para la región tras el oro de la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn en atletismo y la plata y bronce de Tamara Salazar y Crismery Santana para Ecuador y República Dominicana en halterofilia femenina.
El oro más esperado
Tamara Gil, enviada especial a Tokio
Al entrar al salón Makuhari Messe de Tokio, no había duda de quién era el protagonista este lunes.
«¡Cuba, Cuba, Cuba…!», se escuchaba de fondo, antes de subir las escaleras para entrar en la arena de combate. «Menos mal que llegaron los cubanos, lo incendiaron todo… ¡qué emoción!», me decía una trabajadora de la competición.
Pendientes de que Mijaín López ampliara su leyenda, los cubanos recibieron con entusiasmo y sorpresa el oro de Luis Orta, que alzó su presea tras unos brillantes Juegos y una disculpa, la que ofreció entre risas a la prensa «por haberse llevado el primer oro» del país, que iba para Mijaín.
Al histórico de la lucha grecorromana no le importó que su compatriota se adelantara: él venía a hacer historia y su gran experiencia y preparación incluso le permitió pararse en medio de la lucha a animar al público, que desde que salió estaba totalmente entregado.
Le preguntaron a Mijaín por un mensaje para el pueblo cubano, y él agradeció a todos por la fuerza que le transmitieron, pasando directamente a dar las gracias al «comandante en jefe» -en referencia al fallecido líder Fidel Castro-, de quien llegó a decir que llevó el deporte a Cuba y a quien volvió a mencionar en diferentes ocasiones en sus primeras palabras.