Todos tenemos deberes

Todos tenemos deberes

Todos tenemos deberes

J. Osiris Mota

Conocerse a sí mismo es una de las sabidurías más útiles, y como poco conozco de nosotros los dominicanos, lo que escribo se circunscribe a nuestro entorno, donde queda mi responsabilidad de mejorar.

Y como me preocupa sobremanera la situación del tránsito en nuestras calles, debo comenzar por esa circunstancia de nuestro comportamiento, resaltar que solo queremos gozar de nuestros derechos.

Es complicado, caótico, peligroso etc. transitar en nuestras calles, porque solo queremos atribuirnos derechos, olvidando que ese mismo derecho nos obliga a tener deberes para con los demás que, en iguales condiciones, necesitan gozar de ellos. Y todos nuestros males, radican principalmente, en la falta de conciencia que tenemos para comportarnos socialmente útiles, dañando a los demás y a nosotros mismos.

Entonces podemos decir que tenemos muchas personas sin buenos hábitos de conducción en las vías públicas, donde nos encontramos que una gran cantidad son muy proactivos para hacer las cosas como les viene en ganas, porque les conviene en ese instante.

Un buen ejemplo para demostrar lo perjudicial que resulta una sociedad que solo exige derechos, sin darse cuenta de que es imposible vivir en paz si no cumplimos al igual con los deberes.

Esta situación en que nos encontramos plantea un grave problema. Para que una sociedad pueda continuar su desarrollo como el que pretende llevar nuestro país, va a requerir de líderes, pero no de cualesquiera líderes. Líderes con la cabeza bien amueblada, con formación, valores y coraje que puedan enfrentar y buscar soluciones puntuales.
No basta que tengamos muchos partidos, un congreso numeroso, muchos programas de radio y televisión y mucho crecimiento etc.

No es la cantidad lo que nos va a salvar del caos, del futuro incierto, es la conciencia, la calidad de nuestros líderes, de nuestros conductores, de nuestros gerentes, de nuestros directores que, hasta ahora, hemos sido tan poco eficientes, que ni siquiera hemos tenido la capacidad de escoger buenos o medianos maestros para nuestras escuelas públicas.