Nueva York.-¿Ha pensado en invertir su dinero en un fondo que se autodenomina ético? Le aconsejamos leer la letra chica si el respaldo a Exxon Mobil Corp. y British American Tobacco Plc no figuran entre sus nociones de qué es hacer el bien.
La petrolera acusada de engañar a sus inversores al ocultar evidencias sobre el cambio climático y el mayor fabricante de cigarrillos de Europa están entre las tenencias de algunos de los 30 mayores fondos que invierten siguiendo pautas medioambientales o de gobernanza social, según datos recopilados por Bloomberg.
Mientras algunos fondos son estrictos en cuanto a apoyar solamente a productores de energías limpias, otros compran acciones de empresas que van desde las grandes petroleras a las grandes tabacaleras, junto a marcas de consumo como Unilever y Facebook Inc.
El amplio rango de participaciones es resultado de la propia decisión de cada entidad en cuanto a qué cumple con los límites éticos.
La flexibilización de esta definición ha contribuido a que las inversiones éticas hayan crecido cerca de un 80 por ciento durante los últimos cinco años, a US$223,000 millones, muestran los datos recopilados por Bloomberg.
“El sector no ha hecho mucho por asegurarse que la gente entienda qué es qué”, dijo Charlie Thomas, administrador de 950 millones de euros (US$1,000 millones) a través de los fondos ecológicos de Jupiter Fund Management, firma que excluye a petroleras y tabacaleras para favorecer a empresas que presentan soluciones a los problemas medioambientales.
“El desafío que tenemos como sector apunta a ser muy claros con el inversor, de manera que realmente sepa lo que está comprando. No todos los fondos éticos son iguales”.
No existe una definición consensuada en cuanto a cómo debe ser un fondo ético. Esto ha permitido la proliferación de fondosquedicenapoyaraempresasorientadasporestándaresmedioambientales y de gobernanza social. No hay criterios establecidos en cuanto a la manera en que las compañías informan sobre su desempeño en estos y ningún regulador, como la Comisión de Valores y Bolsa, ha establecido normas.
La ligereza del sistema es una preocupación para los países miembros del Grupo de los 20, que solicitaron a un panel liderado por el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, la elaboración de una propuesta de estándares voluntarios de presentación de informes que las compañías deberían cumplir si así lo deciden.
La medida tendería a aportar mejores prácticas a las empresas y a las firmas de contabilidad que redactan informes de sostenibilidad y emiten datos a través de organizaciones sin fines de lucro como CDP y Bloomberg.
Las estrategias de los fondos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por su sigla en inglés) varían desde excluir a las compañías peor valoradas en sus sectores en base a indicadores específicos hasta incluir sólo a las mejores de su clase. Algunas pretenden impulsar el cambio al trabajar como accionistas activistas.
Unos pocos invertirán exclusivamente en empresas que benefician al medioambiente. La única manera de percibir la diferencia es observando lo que el fondo posee.
No es una simple etiqueta
“No existe una simple etiqueta que se pueda colocar para resolver el problema”, dijo Greg Elders, analista de Bloomberg Intelligence en Londres que rastrea datos de ESG. “Los clientes piensan que es un atajo para ver qué tan sostenible es un fondo”.
El estudio de Bloomberg reveló que el número de fondos ecológicos o ESG se ha duplicado con creces en la última década a cerca de 730. Entre los 30 primeros, al menos seis comprenden a empresas petroleras.