No bien concluía la sesión del Consejo de la Magistratura designando nuevos jueces en la Suprema y el Tribunal Electoral, cuando el joven senador Paliza –integrante del consejo— y otros opositores saltaban a descalificar a los magistrados dizque por tener vínculos con el PLD.
Tan radical e insensata reacción revela una acuciante tara de muchos políticos: una incapacidad casi visceral para procurar o lograr colaboración, entendimiento o algún compromiso medianero.
La colaboración y ceder un chin para que reciproque el contrario son esenciales para la salud democrática.
¿Qué tan malos son los jueces escogidos que no merezcan al menos algún recatado reconocimiento a su capacidad e integridad? ¿O quería Paliza escoger otro como Eddy Olivares, que tersamente brincó de la JCE a ser vocero principal de Hipólito Mejía?
Paliza podría aprender del alcalde David Collado, el funcionario electo opositor que más votos sacó y mejor valorado está según encuestas: sin perder su dignidad de opositor, Collado trabaja tendiendo puentes en vez de quemándolos. La democracia es colaborando, no incordiando inveteradamente.