Todo cambia, nada es estático

El mundo es cambiante, y cosas y hechos que ayer parecían aborrecibles, hoy se valoran, a un grado tal, que dejan al descubierto solo pequeñas muestras las grandes contradicciones que en innúmeras ocasiones han conducido a la humanidad a confrontaciones, que luego tras el paso inexorable del tiempo, sencillamente podrían parecer estúpidas y sin sentido.

Y es que, cada día observamos absortos, como lo elementos que parecían irreconciliables e incompatibles, luego se tornan empáticos, aunque sin siquiera se pongan de acuerdo frente a sus contradicciones.

Esto pone en el tapete una verdad irrefutable, todo cambia por una razón u otra, y nada se mantiene estático, y eso a través del paso implacable e intransigente del tiempo, ha quedado demostrado de manera fehaciente.

Un ejemplo de como cosas que ayer fueron reprochables para la mayoría de una sociedad determinada, al paso del tiempo, a veces, relativamente corto, adquieren interés y valor histórico, y por ende monetario, lo observamos en la actualidad, con una tarjeta de reclutamiento en el ejército, que se negó a firmar Cassius Clay.

En esa ocasión, toda la sociedad estadounidense catalogó esa acción, el negarse ir a Viet nan, como una traición a los Estados Unidos.

Fue tal el rechazo a esa acción por parte de la gran mayoría de sus compatriotas, que prácticamente lo “asesinaron en vida”, reduciendo al máximo sus derechos civiles.

Todo ocurrió en 1967, en plena conflagración bélica, cuando Clay no firmó esa tarjeta para integrarse al ejército , y quien tras caer preso y ser despojado de sus títulos de campeón de los pesados, optó por cambiarse el nombre por Muhammad Alí.

Hoy esa tarjeta sin su firma, se está subastando entre tres y cinco millones de dólares. Quien en esa época, podía imaginar eso.