Todas las posibilidades

Todas las posibilidades

Todas las posibilidades

Elías Brache

Sé perfectamente las vicisitudes que sufren los héroes que aún se atreven a invertir y producir en República Dominicana.

Sé que en pocos países del mundo usted tiene que construir su empresa y rodearla con un muro, ponerle alambres de púas, contratar guardianes, compañías de envíos de valores, sistemas de cámaras de video, intercom y chicharras eléctricas para autorizar el acceso, fuertes y caras pólizas de seguro y abogados para que le defiendan de un código laboral que permite, que una sentencia que aún no tiene la condición de irrevocable, le paralice sus fondos y hasta su empresa.

Sé que les obligan a pagar anticipos de un dinero que no han ganado, que les suben y bajan los precios de los combustibles, de la prima del dólar, que tienen que contar con un capítulo para planta eléctrica pues el servicio de energía es uno de los más deficientes del mundo y probablemente, el más caro del planeta.

Sé que cuando llega la campaña electoral, los políticos les asedian pidiendo “donaciones”, que sutilmente les envían invitaciones a cenas; sé que ustedes deben destinar otros fondos para las fuerzas del orden, pues el coronel de la zona debe sentirse “motivado” para colaborar, en caso de que se genere una situación que obligue a usar sus servicios.

Sé que muchos tienen que comprar vehículos y autobuses para llevar y traer sus empleados; así compensan un pésimo servicio de transporte y proveen seguridad para sus empleados, pues al vivir los mismos en precarias condiciones, en alejados barrios marginados, obligarlos a salir al amanecer es condenarlos a ser víctimas de la violencia que ya desbordó al estado.

Sé que pagan un seguro privado adicional, que ayudan a sus empleados cuando se les enferma un hijo o cuando se les muere un familiar, que les ayudan a comprarse un carrito, un motor, una passola; que les ayudan pagando cursos de superación, de entrenamiento; que muchos reparten sus dividendos (bonos) y que no engañan a los que ansiosos los recibirán.

Sé todo eso y más, amigos capitalistas, los admiro y qué bueno que tienen alguna manera de hacerlo.

Pero también sé que nadie pensó, hace un par de años, que el presupuesto nacional ya acarrearía un déficit de casi 80,000 millones de pesos.

Sé que nada es seguro en República Dominicana, que nadie, absolutamente nadie, puede garantizarle a un trabajador que su pensión estará ahí cuando la necesite, porque sé que un buen día, los fondos pueden ser reclamados para otra cosa, o perderse en un mal negocio, o destinarse a otra área que no generó el retorno que se esperaba o ¿qué otra cosa más? Y si parece equivocado el planteamiento, les recuerdo que hace sólo unos días, un estudio auspiciado por Naciones Unidas reveló que el 92% de los envejecientes de RD no tienen pensión y, asalta la pregunta: ¿Dónde se fue el dinero de la seguridad social que bajo el esquema que existía pagaron esos señores durante años?

Por eso, sé que si fuera un trabajador, lucharía con todas mis fuerzas para que no eliminaran la cesantía, pues sería lo único que poseería de forma medianamente segura: “con ella me mantengo mientras consigo un nuevo trabajo, claro, si aparece; la uso para resolver una enfermedad, para montar un negocito, en fin, tengo “cuarto en mano y… “

Sé que es una carga amigos empresarios, sé que ustedes no se lo merecen, pero no corten la soga por el lado más fino, reclamen al estado que cumpla su rol, que se eficientize, que sea transparente, que sea confiable, eso bajará los costos que cada día afrontan.

En síntesis, estamos en República Dominicana, no lancen a los infelices a manos de un estado que insiste en manejarse como si no pasó ni pasa nada, como que nadie conoce lo que sucede, como que seguimos (recuerden el slogan y lo que pasó) ante “todas las posibilidades”.



Elías Brache

Licenciado en Derecho Cum Laude (UNPHU) con estudios de Especialidad en Gobierno y Politicas Publicas (FLACSO) ha ocupado diferentes posiciones dirigenciales en su vida privada y publica incluyendo las de Vice Canciller de la Republica y Gerente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL).

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