¿Están sectores de Estados Unidos ayudando a Venezuela, y específicamente al régimen de Nicolás Maduro, a enfrentar la actual crisis y el asedio político, comercial, económico y financiero a que lo tiene sometido el gobierno de Donald Trump?
Parece una quimera, pero en estos tiempos no se puede descartar nada.
Si se admite sin ambages que hay sectores de Norteamérica que apuestan al fracaso de la política exterior de Trump, se debe aceptar, asimismo, que la apreciación del apoyo de sectores norteamericanos a Maduro no está fuera de lógica ni del desempeño histórico.
Las elecciones en Estados Unidos serán en noviembre. Si estos sectores logran que de aquí allá el gobierno “trumpista” acumule fracasos tras fracasos en su política exterior, conseguirían cadenas de triunfos a su favor y obtendrían de esta forma frenar la posibilidad del segundo mandato que ansía lograr el rico empresario norteamericano.
No es solo por Donald Trump que sectores liberales buscan impedir la continuidad del gobierno del magnate inmobiliario, estos tienen más de una razón para querer sacar a sectores conservadores (la ultraderecha del Partido Republicano) de la Casa Blanca. Se trata de una lucha tenaz para cambiar el estado de cosas, como son las políticas internas y exteriores que predominan en Estados Unidos.
Mientras Trump se ufana de sus éxitos en la dinamización de la economía, la actual situación creada por la pandemia del coronavirus (COVID-19) ha provocado la pérdida de 40 millones de empleos en la nación del Norte, dando lugar a una alarma mundial, ya que un descalabro económico de Estados Unidos resiente el sistema financiero y comercial a nivel global. Siempre se ha dicho, por ejemplo, que una “gripecita” en la economía de Estados Unidos significa una fuerte enfermedad en la economía dominicana.
En medio de la presente situación, es de suponer que los liberales de Norteamérica movilizan resortes internos que les son asequibles para contribuir a poner fin al actual mandato. Trabajan para frenar los movimientos estratégicos del presidente Trump en el exterior, tratan de poner fin no solo a los escarceos militaristas de éste con Irán y Corea del Norte sino también, sus constantes entronconazos con Venezuela, China y Rusia.
Desde el punto de vista de esos sectores, es necesario reencausar el dominio hegemónico de Estados Unidos que a los ojos de muchos se ve tambaleante pese al enorme e indiscutible poderío militar.
En tanto partidarios de Trump, especialmente grupos anticubanos de Miami y la ultra derecha norteamericana, alardean de que tienen “todas las fichas sobre la mesa para el derrocamiento de Maduro”. Organizan, entrenan, movilizan y envían insurgentes a Venezuela. Pero es probable que mientras eso ocurre, otros sectores anti Trump dentro del propio Estados Unidos estén moviendo sus hilos para hacer fracasar dichas iniciativas.
Prima en estos casos la complejidad de la política. Muchos creen que la política es lineal, pero no, es una madeja difícil de desentrañar dada la multiplicidad de intereses que convergen en torno a un objetivo esencial: el logro del poder económico, político, financiero, comercial y en este caso, del control hegemónico.
Analistas anti Maduro, seguidores de Juan Guaidó y medios del exilio cubano difunden de manera profusa por periódicos, cadenas de televisión y redes sociales que al régimen “socialista” de Venezuela lo ha salvado de sus embestidas la ayuda de Cuba, Rusia, Irán y China.
Pero parece que no es solo el apoyo de los cubanos, rusos, chinos e iraníes que han sostenido en el poder al régimen de Maduro, el cual, dicho sea de paso, ha cometido infinidades de errores. A cualquier otro gobierno de la región le hubiera costado el poder la cantidad de yerros que se le atribuyen a esa administración.
Por eso es que resulta perspicaz que pese a todos los embates Maduro se haya podido sostener al frente del gobierno venezolano. Al parecer existen otros apoyos invisibles que a juicio de observadores, han servido de soporte al régimen chavista que no son ni chinos, ni rusos, ni cubanos.
Y todo apunta según parece ser, que este apoyo viene de Estados Unidos como consecuencia de las contradicciones en la política interna en Norteamérica.
A los “maduritas” se le ve “muy guapitos” enfrentando a Trump. Pero, ¿esa actitud se asume solo contando con los cubanos, rusos, chinos e iraníes? ¿No habrán fuerzas ocultas en el Norte que estarán silenciosamente “metiendo sus manos” por Maduro para hacer fracasar la política Trump en Venezuela?
¿Estamos frente a un tipo de jugadas que suele ocurrir en política y que casi nunca trasciende, pero que todo el mundo sabe que se dan? Se puede abrevar en Wikipedia el proverbio árabe que reza “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”. ¿Está ocurriendo eso con el enfrentamiento entre Trump y Maduro?
Según esta enciclopedia, con este proverbio se “desarrolla el concepto por el cual dos partes que tienen un enemigo en común deberían poder trabajar juntos para obtener una victoria conjunta contra él”. Baste preguntar entonces, ¿se han unido los chavistas y sectores liberales de Estados Unidos para ganarle a Trump?
“Los ejemplos de aplicación de este principio son comunes a lo largo de la historia. Por ejemplo, el apoyo dado por los países capitalistas aliados a la Unión Soviética contra la invasión nazi durante la Segunda Guerra Mundial, o el apoyo a dictaduras comunistas o anticomunistas por parte de las superpotencias durante la Guerra Fría”.
Igualmente es memorable la revelación que hiciera en una ocasión el líder socialdemócrata ido a destiempo José Francisco Peña Gómez cuando sufría aquí los ataques frontales de la ultraderecha dominicana y de otros sectores en plena Guerra Fría. El líder del otrora poderoso PRD dijo entonces que contaba con el respaldo de los “liberales de Washington”, con todo lo que eso implicaba en ese momento cuando lidiaba contra el racismo, el anticomunismo y contra políticas de retrasos que nos permeaban en ese momento histórico de nuestra vida republicana.
¿No estarán esos sectores liberales de Estados Unidos apoyando a Maduro, trasegándole informaciones de inteligencia que han permitido a éste adelantarse a las estrategias y pasos que da Trump en Venezuela?
¿Cómo se explica que el régimen de Maduro tuviera informaciones acabadas del ataque a fue sometida Venezuela por grupo de “mercenarios”? Se cree que Maduro sabía quiénes iban y por donde entrarían los “insurgentes” que fueron a atacarlos y se preparó para recibirlos. ¿Quién o quiénes informarían?
No estamos afirmando nada, solo hacemos conjeturas. Hágase usted también sus propias conjeturas.
*El autor es periodista.