Es la vida misma la que nos dicta a cada momento la necesidad de reflexionar de manera pausada sobre lo que somos y aspiramos como seres humanos, de nuestra realidad desbordada de sueños, aspiraciones y frustraciones, así como las graves dificultades que se reiteran una y otra vez en el tiempo.
La realidad nos sitúa frente a un espejo en el que apreciamos lo que fríamente somos. Meditamos hacia dónde debemos orientarnos tanto en el presente como en el futuro.
La pregunta que siempre surge de este ejercicio es qué país estamos edificando si es que pensamos en términos de progreso, civilización y de la condición humana.
Asombra que, a lo largo de décadas que se suceden sin pausa, descubrimos la reiteración de males y desavenencias en nuestra cotidianidad que, presumimos, deberían ser parte de un pasado remoto. Como ser nacional la impresión es que, con sobrada frecuencia, rehusamos mirarnos en el espejo de la realidad y reencaminar nuestros destinos hacia metas y propósitos definitivamente loables o superiores.
La magistrada Patricia Padilla, del Segundo Juzgado de la Instrucción, declaró hace pocos días que en su tribunal existían casos “en receso que databan de hasta diecisiete años”.
Expresó que, estadísticamente, la enorme cantidad de presos preventivos “son consecuencia de muchos factores”. “En un operativo reciente ejecutado en sólo tres de los siete tribunales de instrucción se determinó que 1,558 personas se encontraban en estado de rebeldía”.
Al referirse a las causas de esta situación precisó que muchos de los involucrados no poseen documento de identidad ni pasaporte, no tienen domicilio identificable o acostumbran a suministrar datos falsos.
A una pregunta formulada a un reconocido galeno de por qué han aumentado los casos de autismo en el país, respondió que un estudio señaló la diabetes, la hipertensión materna, las infecciones virales, el bajo peso al nacer de los infantes y la prematuridad extrema, entre muchos casos y causas.
Las conductas al margen de la ley pese a la vigilancia correspondiente no dejan de proliferar por todas partes. La Procuraduría para la Defensa del Medio Ambiente, por ejemplo, detuvo la edificación ilegal de viviendas en el cauce del río Banilejo, un afluente del río Ocoa considerado como “una de las zonas protegidas más importantes para la conservación de los recursos hídricos de la ciudad de Santo Domingo”.
Las tragedias tampoco cesan. Joel Santos, ministro de la Presidencia, defendió “el derecho de los policías a defenderse”. Dijo que en el 2023 fueron asesinados 23 miembros de la institución, mientras que 69 delincuentes perdieron la vida. “Cuando los policías salen a las calles lo hacen para cumplir con su deber.
Sin embargo, ante un incremento de la operatividad se encuentran con una situación de resistencia”.
Robert Paulino, virólogo, atribuyó los casos de la peligrosa infección conocida como ántrax denunciados y detectados recientemente en Haití “a la carne contaminada”. “República Dominicana debe estar pendiente en sus intercambios comerciales”, aconsejó. Y precisó que dicha enfermedad “es grave” y que afecta mayormente el ganado.
Estos ejemplos pueden ofrecernos una idea de los problemas a los que se debe poner mucha atención. Pero hay más: “Pro Consumidor será drástico para impedir venta de agua al sol” (Listín Diario). “Veinte policías han sido heridos este año” (Listín Diario).
“La violencia de género: una mirada interior” (Jottin Cury). “Barreras son insuficientes para la basura que llega a las cañadas“ (Lisaury Díaz, Nicole Collado.