Eso somos en la vida de los demás y ellos en la vida de nosotros. Nos acompañan, participan en nuestro guión, mas cada elección es nuestra. No quiero decir con esto que los vínculos no son importantes, sino que esta experiencia decidimos emprenderla solos y nos vamos solos.
A veces nos detienen en metas importantes para nosotros “el qué dirán”, en otras ocasiones las lealtades familiares y hasta contratos sin firma con fallecidos que se han mantenido por generaciones.
El testigo presencia como observador, vive el proceso, acompaña, pero no es el protagonista. Cuando a quien acompaña se cae, lo ayuda a levantarse, pero no da los pasos por él, es su brazo amigo sobre quién reposar y hablar.
No le corresponde juzgar ni criticar, porque no se comprometió a vivir esas experiencias, vive otras. Vamos caminando junto a otros, pero trazando nuestra propia senda.
lilymontanogrullon@gmail.com