Tenacidad, dónde estás

Tenacidad, dónde estás

Tenacidad, dónde estás

Ana Blanco

En este universo de mil opciones. En este contexto en el que te dicen, tranquilo, si no lo logras no pasa nada, sigue hacia delante.

En todo esto, que me parece maravilloso en su justa medida, se ha descolgado algo que a mí sí me enseñaron y que considero importante en cada una de las facetas de la vida: la tenacidad.

“Fuerza que impulsa a continuar con empeño y sin desistir en algo que se quiere hacer o conseguir”. Esta es la definición de diccionario. La de la vida te dice que hay que dedicar tiempo, esfuerzo, trabajo, compromiso y empeño en todo lo que haces.

No es obsesionarse, ese es el otro extremo, pero tampoco es creer que las cosas llegan a tu puerta solas o como ya he comentado en otras ocasiones, porque te las mereces.

Y que conste que tenacidad no va siempre acompañada de dificultades. No. Es una forma de encarar las cosas, hacerlo con la seguridad de que vas a dar lo mejor de ti, de que cada detalle importa, que en el camino sumarás personas que te complementen, que analizarás cada cosa para que en conjunto sea perfecto y, también, tendrás planes B, C y los que hagan falta si aparecen contratiempos.

Hoy veo mucha comodidad. Mucho, yo soy más importante que cualquiera de los problemas que se me presenten. Y nos hemos ido al otro extremo, como que es mejor soltar lastres y vivir en una eterna falta de implicación en las cosas.

Todo es equilibrio, pero si no valoras lo que haces, difícilmente vas a valorar lo que eres. Ser tenaz para mí es una gran virtud, porque se traduce en dar el todo para lograr algo y, te cuento, sin importar el resultado, habrás logrado triunfar porque el único juez seras tú.



Noticias Relacionadas