Brasilia.- El presidente interino de Brasil, Michel Temer, se reunió hoy con un grupo de diputados de la nueva base oficialista y el Gobierno pidió diálogo entre el Ejecutivo y el Parlamento, el cual se enfrió durante el segundo mandato de la gobernante suspendida Dilma Rousseff, informaron fuentes oficiales.

El ministro jefe de la Secretaría del Gobierno, Geddel Vieira Lima, destacó la necesidad del diálogo con el Congreso para la aprobación de las medidas que deben ser presentadas, aunque pidió “paciencia».

De acuerdo con Vieira Lima, el Gobierno tiene que tener “cautela» a la hora de exponer las propuestas económicas necesarias para enderezar el rumbo del país, un argumento que fue defendido hoy por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

“El Gobierno va actuar con responsabilidad y cuando presente medidas, metas, parámetros, serán absolutamente factibles, en las cuales podrán creer para planear sus inversiones”, afirmó Vieira, citado en un comunicado.

Una vez presentadas las medidas, el Gobierno interino necesitará el apoyo del Congreso, que puso trabas para la aprobación del plan de ajuste fiscal propuesto por Rousseff, suspendida del Gobierno por el Congreso.

Meirelles ya ha anunciado su intención de proponer un severo paquete de austeridad para reequilibrar las maltrechas cuentas públicas del país y este lunes, cuatro días después de asumir el cargo, presentó parte del equipo económico que le ayudará en esa tarea.

Destacó el nombramiento de Ilan Goldfajn, hasta ahora economista jefe del banco Itaú Unibanco, como nuevo jefe del Banco Central de Brasil, quien deberá coordinar la política monetaria y cambiaria de Brasil.

En la misma línea defendida por Meirelles, Vieira Lima insistió en que el Gobierno debe analizar la situación antes de tomar medidas concretas.

“Tenemos que hacer un análisis de las cosas gravísimas que heredamos”, recalcó el ministro jefe de la Secretaría del Gobierno.

El Senado brasileño dio el pasado jueves luz verde al juicio político contra Rousseff, que fue suspendida de la Presidencia del país durante 180 días y sustituida de forma interina por Temer, mientras la Cámara alta define si es destituida.