José Armando Tavarez
El presupuesto de educación y las normativas que rigen el sistema educativo son temas importantes. Los medios de comunicación social ponen en el centro de la opinión pública dichos aspectos de la vida nacional. Eso está bien pero no es suficiente.
El debate internacional se centra en otros aspectos. Los países que tienen mejores resultados en las pruebas internacionales que miden de algún modo la calidad de la educación ponen su atención en cómo sus estudiantes aprenden y como mejorar el proceso de aprendizaje.
El tema de inversión en educación lo tienen superado y las normativas y reglamentos que no afectan directamente el desempeño educativo de los niños, niñas y jóvenes carece de relevancia.
Es un gran logro de nuestra sociedad el cumplimiento de la ley sobre la inversión del 4% del PIB en educación. También es importante definir reglamentos que mejoren el ambiente escolar y la relación maestros y estudiantes. Sin embargo, podríamos considerar más importante que nuestros estudiantes aprendan y lo hagan cada día mejor.
El centro de atención del debate público, académico, profesional y político debería estar en cómo podemos crear un sistema educativo de clase mundial que ayude a nuestros jóvenes de hoy a ser hombres y mujeres plenamente realizados en el mañana.
El país necesita un sistema educativo que desarrolle en ellos las competencias del siglo XXI.
Necesitamos aulas que sean espacios de desarrollo humano, personal y profesional. Necesitamos mayor y mejor inversión. Un 4% es sólo el comienzo de una revolución.
La República Dominicana tiene mucho que mejorar en diversos aspectos de la vida social.
La educación es para muchos uno de los puntos claves que garantizan nuestro éxito como nación. Sigamos trabajando para realizar nuestros sueños de un futuro mejor para las presentes generaciones de niños, niñas y jóvenes.
