Tecnología y resurrección: promesa de vida eterna

Tecnología y resurrección: promesa de vida eterna

Tecnología y resurrección: promesa de vida eterna

José Armando Tavarez

Hace unas semanas me visitó en la oficina un académico y profesor de la Universidad de la Singularidad, mejor conocida como “Singularity Univeristy”.

Dicha institución académica está localizada en Silicon Valley y tiene como finalidad “reunir, educar e inspirar a un grupo de dirigentes que se esfuercen por comprender y facilitar el desarrollo exponencial de las tecnologías” con el fin de que estas resuelvan los grandes desafíos de la humanidad.

En la conversación con este talentoso investigador pudimos abordar temas de extraordinaria novedad e interés científico.

Uno de los que más nos llamó la atención fue el relativo a los “inmortalistas”.

Este interesante término se refiere a un grupo de científicos especializados en nanotecnología, biotecnología y robótica que intentan alargar o “eternizar” la vida humana.

A partir de interesantes argumentos desarrollan hipótesis como que desde el punto de vista biológico los seres humanos realmente estamos diseñados para vivir 500 años.

Intentan con sus investigaciones demostrar que para evitar la muerte se hace necesario el desarrollo de nuevas tecnologías que reparen los órganos que van fallando.

Los seres humanos siempre se han hecho preguntas filosóficas existenciales. Entre ellas, la realidad de la muerte adquiere siempre significativa relevancia. ¿Qué sentido tiene la vida si termina en la muerte? Dice un salmo de la Biblia:

“El hombre vive setenta años, el más robusto hasta ochenta y la mayor parte son fatiga inútil”. Es por eso que ante la “amenaza” de la muerte, entendida como el fin definitivo de todo, buscan “eternizar la existencia” física del ser humano.

Es por eso que sería oportuno en esta Semana Santa recordar las cosas importantes de la vida. Sería bueno entender y experimentar mejor el sentido de la Pascua de Resurrección.

Este domingo el mundo celebra la resurrección de Jesús, que significa la derrota definitiva de la muerte y la victoria de la Vida Eterna. Dios da una respuesta donde la tecnología no puede hacerlo.



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