Nuestro país está en un proceso intenso de preparación de cara a las elecciones del 2016. Es un año importante desde el punto de vista electoral por las dimensiones del proceso.
Para responder a este importante desafío debemos tomar en cuenta la herramienta del siglo XXI: la tecnología de la información y comunicación (TIC).
Una tendencia global en la organización y ejecución de elecciones es el uso intensivo de las TIC para automatizar procesos, desarrollar aparatos tecnológicos de votación, análisis y diseño de sistemas informáticos así como aplicaciones que permiten la ejecución rápida y exacta de algoritmos electorales.
Existen empresas y organizaciones que han desarrollado e implementado con éxito múltiples soluciones tecnológicas para mejorar el desempeño de las elecciones.
Entendemos que las universidades también tienen un rol que cumplir en dicha tarea. No solo como proveedoras de soluciones a las necesidades electorales en materia científica y tecnológica, sino que también pueden ofrecer veeduría social a través de la participación activa como observadores.
Las TIC son instrumentos que pueden ayudar en la transparencia del proceso electoral y gracias a la academia dicha transparencia puede estar sustentada en organizaciones de legitimidad nacional.
La universidad dominicana debe tener un rol importante en las elecciones presentes y futuras como actores neutrales de la sociedad dominicana.
Nuestros organismos encargados del proceso electoral ya están aplicando muchas de las tecnologías electorales del momento.
Es importante que los sectores de la sociedad apoyen la adopción de las TIC en el sistema electoral dominicano. Dicha estrategia garantiza transparencia, eficiencia y eficacia del sistema nacional.