San Diego.-En un año de crisis extrema para la MLB, cuando el Covid-19 arrojó sombra y acortó la temporada, el dominicano Fernando Tatis Jr., de San Diego, fue la luz del juego. Su sol. Su rostro. Su frente.

Está de vuelta. Su ídolo matiné. Su elegante coreógrafo. Él fue el béisbol. Fue el jugador más importante de San Diego a Boston.

Tatis Jr. es un espadachín que juega peligrosamente, con gran riesgo, sin red, como dijo Capone en “Los intocables”, con gran “entusiasmo”. Él es su propia zona de diversión. Se mueve con estilo, un conjurador con gracia felina.

Pasa cada semáforo en rojo. Sus instintos y pasión no le permitirán jugar de otra manera.

Hay momentos en los que parece llevar el puente demasiado lejos, tirando su cuerpo, pero si es uno de esos “disfrútalo mientras puedas», así será.
Ojalá siga siendo más estrella que cometa. Es una fiesta de 24 horas con barra libre, el Willie Mays de los torpederos.

Sus dotaciones son las más grandes entre los campos cortos legítimos, y las más fotogénicas. Alex Rodríguez lo tenía todo, también podía robar una base, pero no tenía el estilo de Tatis Jr., y pasó la segunda mitad de su carrera jugando tercera base.

— Sorprendente
El columnista Nick Canepa, del San Diego Unión-Tribune, considera que el dominicano Fernando Tatis Jr. debería ser MVP de la Liga Nacional por encima de Freddie Freeman, de Atlanta, y de Mookie Betts, de los Dodgers.