Montevideo.-El candidato izquierdista Tabaré Vázquez ganó hoy las elecciones presidenciales de Uruguay con entre el 53 y el 53,9 % de los votos, según los primeros sondeos a pie de urna, por delante del candidato del Partido Nacional Luis Lacalle Pou, que alcanzó entre el 40,6 y el 42 % de los sufragios.
Vázquez, que fue entre 2005 y 2010 el primer mandatario de izquierdas en la historia de Uruguay, obtuvo en la primera vuelta del pasado 26 de octubre el 47,8 % de los votos y la mayoría en la Cámara de Diputados.
El ganador de las elecciones presidenciales de Uruguay según los sondeos a pie de urna, el izquierdista Tabaré Vázquez, se comprometió hoy a trabajar “al máximo” de sus capacidades contando “con todos los uruguayos” para que le acompañen en lograr un país “que puede mejorar más».
“Están convocados todos al dialogo que queremos sea sin prejuicios pero con lealtad, productivo, que arribe a decisiones concretas y sustentables y que sin ignorar a nadie y abarcando a todos refleje a la mayoría, porque esto es el alma de la democracia”, afirmó Vázquez, oncólogo de 74 años.
El candidato por la coalición gubernamental Frente Amplio (FA) se convertirá en el presidente más votado de Uruguay de confirmarse los primeros sondeos que le dan el triunfo.
Tabaré Vázquez participó como el candidato del oficialista Frente Amplio, una coalición fundada en 1971 que reúne a partidos y grupos que van desde la centroizquierda al comunismo y donde votan juntos desde democratacristianos hasta exguerrilleros. Vázquez, de 74 años, está asociado a los mayores triunfos del Frente Amplio.
Fue alcalde de Montevideo entre 1990 y 1995, cuando encabezó la primera victoria electoral de la coalición izquierdista. Y tras dos intentos fallidos también conquistó la presidencia de Uruguay.
Ejerció la presidencia entre 2005 y 2010, abandonando el poder con un índice de popularidad mayor al que tiene hoy Mujica.
Médico oncólogo de profesión, sobrio al hablar y al vestir, vecino de un distinguido barrio residencial montevideano, Vázquez ha chocado con Mujica en temas importantes.
Su campaña hace hincapié en que un eventual triunfo de los partidos históricos pondría en riesgo las mejoras salariales y las leyes que consagraron beneficios sociales durante los gobiernos del Frente Amplio.