SANTO DOMINGO.-¡En la naturaleza todos los elementos cuentan y juegan su rol!…Como recurso no renovable las piedras o rocas que forman parte del subsuelo, desde los tiempos más remotos el hombre les ha dado múltiples usos
Desde frotarla para crear el fuego; en la construcciones; para la defensa propia y hasta como joyas preciosas, tal es el caso del Larimar, única de República Dominicana.
Sin embargo, a través del suiseki, un arte de origen oriental, el cual consiste en la contemplación de rocas esculpidas por la naturaleza, la nueva generación también puede hacer un ejercicio de relación espiritual descubriendo las formas y significados de estas, colocadas en una madera llamada daiza o suiban.
Lorenzo Contreras, ingeniero geólogo egresado del Instituto Politécnico Nacional de México y pionero de esa dinámica allí y fabricante de soportes en que se colocan rocas exóticas, afirma que entre estas se pueden encontrar formas de paisajes, animales, personas.
“El origen de este arte es complejo ya que es el resultado de la confluencia de tres culturas principalmente, la indú con el budismo; la china con el confucionismo y la japonesa con el sintoismo, las tres siembran su influencia en la aparición de una corriente del budismo que pasaría a conocerse como budismo zen y a partir de los preceptos de esta filosofía es que se desarrollan las primeras reglas estético filosóficas y estéticas del suiseki”, explicó el estudioso.
Sostiene que el objetivo de este arte es estimular la imaginación a través de (imagen, figura, aparición) y la sugestión logrando así ayudar al espectador a entrar en un estado de meditación.
El experto que ha participado en certámenes internacionales y ganado premios en el quehacer, exhibe algunas de sus suisekis en museos de Asia, España e Italia y, recién mostró parte de esa tradición en el XIV Congreso Latinoamericano y Caribeño (Felab) Suiseki Fest en el Monumentos Fray Antón de Montesinos junto a más de 40 expositores en talleres únicos.
Este evento conjugó el origen el suiseki al igual que del bonsái, el arte japonés de plantar árbol y diseñarlos en bandeja plana, que significa conexión y respeto por la naturaleza, según Víctor Liriano, organizador de este cónclave.
“Hoy este arte desempeña un rol no sólo contemplativo, con la evolución de las sociedades se han comenzado a utilizar como elementos cada vez más comunes en la arquitectura y el diseño de interiores o incluso hasta en el mundo del cine”, refirió Contreras.