En nuestro escrito anterior publicado la semana pasada comentamos las lecciones aprendidas del intento de reforma fiscal por vía del proyecto llamado Ley de Modernización Fiscal.
Dicha columna provocó una avalancha de sugerencias de parte de lectores y amigos confirmando con ello la enorme voluntad de apoyar una reforma fiscal que controle y eficientice el gasto, y contribuya a un mayor recaudo fiscal sin nuevos impuestos.
De ahí el título tan largo y retumbante que encabeza este escrito, ya que sin ser especialistas fiscales nos atrevemos a recoger aquí algunas de las sugerencias recibidas. La inmensa mayoría de contribuciones vinieron por el lado del gasto, ya que el dispendio en nóminas exageradas con retribuciones fuera de mercado mereció la mayor cantidad de comentarios.
A estos le siguió las inconclusas soluciones al hoyo negro eléctrico, eliminación de subsidios a los carburantes y la desproporcionada publicidad estatal.
Por el lado de los ingresos la descontrolada proliferación de juegos de azar y bancas de apuestas fueron objetos de las mayores sugerencias de fiscalización y aplicación de tributos. Aunque se reconoce que este sector ejerce enormes influencias legislativas, el asalto a la economía popular, representada por las loterías electrónicas y negocios de apuestas, recibió un repudio generalizado.
Hemos sugerido que toda facturación y comprobante lleve obligatoriamente el RNC o número de cédula del adquiriente del bien o servicio para si facilitar el cruce de informaciones.
Ello incluye profesionales de la medicina, derecho, ingenieras (incluye plomeros, electricistas, arquitectos, etc.). A esto se le suman los esfuerzos en pro de la facturación electrónica y la designación del responsable corporativo por el cumplimento tributario y la fusión de la autoridad impositiva con la de Aduanas.
Aunque la ciudadanía recibió con desagrado el proyecto llamado de Modernización Fiscal, el ejercicio ha servido para elevar el nivel de conciencia generalizado acerca de la socorrida y constante situación fiscal deficitaria y sus inconvenientes. Aprovechemos pues, con el Poder Ejecutivo de la nación a la cabeza, y acojamos las sugerencias en pro de una mejor gestión fiscal.