Rafael Molina Morillo, director de El Día
El expresidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, declaró a una colega periodista que el país podría caer en una “quiebra moral” si no enderezamos el rumbo que lleva la sociedad.
Se quedó corto el doctor Subero, según mi apreciación. Hace rato que la crisis moral y ética hizo metástasis en el débil y enfermo cuerpo de la República.
El escándalo de la Dican no es más que la punta del iceberg y muchos piensan que “la cosa no pasará de ahí”. En verdad, cualquiera se pregunta: ¿dónde están los 400 millones de pesos que valía el cargamento de la droga? ¿Quién iba a ser el comprador? ¿Por qué se dejaron pasar dos semanas antes de requisar la casa del principal sospechoso?
Pero repito que Dican es tan sólo lo que se ve, pues la corrupción nos rodea por todas partes, tanto en la escena pública como en la privada.
Parece que la consigna es: “mata, roba, engaña, miente y hazte rico a cualquier precio, que si te agarran y te condenan, con lo robado podrás comprar funcionarios, militares, jueces, periodistas, policías y ¡todo resuelto!”.
Por suerte, no todo está perdido. Todavía quedan sanas algunas reservas de ciudadanos no contaminados dispuestos a echar el pleito contra la quiebra de los valores éticos. Pero ¡eso sí! ,no perdamos de vista que estamos perdiendo el juego, en el noveno inning, con dos outs, dos strikes sin bolas, a punto de llover y con el ‘ampaya’ en contra!
