BEIRUT. — El número de fallecidos por un supuesto ataque químico en una localidad en el norte de Siria subió a 72 personas, mientras activistas y rescatistas según encontrando a más encontrando a sobrevivientes aterrorizados escondidos en refugios cerca del lugar del desgarrador ataque, uno de los más letales de la cruenta guerra civil siria.
Según un grupo opositor, nuevas operaciones aéreas alcanzaron la localidad de Khan Sheikhoun, un día después del ataque que el gobierno de Estados Unidos atribuyó al ejecutivo de Bashar Assad, diciendo que sus patrocinadores, Rusia e Irán, tienen una “gran responsabilidad moral” por la muertes.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas abordará el incidente en una reunión de emergencia más tarde el miércoles. Mientras, representantes de 70 países asistían en Bruselas a una cumbre de donantes sobre el futuro de Siria y la región.
El ataque a Khan Sheikhoun mató a docenas de personas el martes y dejó a residentes luchando por respirar y convulsionando en las calles y en hospitales desbordados. Diversos videos mostraban a médicos voluntarios utilizando mangueras para retirar las sustancias químicas de los cuerpos de las víctimas.
Perturbadoras imágenes de niños muertos apilados reflejan la magnitud de la agresión, que evocó una similar de 2013 que causó centenares de fallecidos y fue la peor de las registradas en la guerra civil que dura ya seis años. Médicos sirios justifican la alta mortalidad y la gravedad de los síntomas con la sospecha de que durante los ataques aéreos se lanzó una mezcla de gases tóxicos.
El papa Francisco señaló durante su audiencia general de los miércoles que está “siguiendo con horror los últimos acontecimientos en Siria” y que “condena con dureza la inaceptable masacre”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, describió antes el ataque como un acto “atroz” que “no puede ser pasado por alto por el mundo civilizado”. El ministro de Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, pidió a Rusia que apoye una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU condenando el incidente.
El secretario británico de Exteriores, Boris Johnson, declaró por su parte que “todas las pruebas” del ataque químico que vio hasta el momento “sugieren que fue el régimen de Assad… (que) lo hizo con total conocimiento de que estaban utilizando armas ilegales en un ataque salvaje contra su propio pueblo”.
El gobierno sirio negó su implicación pero a primera hora del miércoles, Rusia, que es el principal aliado de Damasco, alegó que un proyectil sirio alcanzó un arsenal rebelde liberando los agentes tóxicos.
El ejército ruso registró el ataque sobre un almacén de armas y una fábrica de munición al este de la localidad, explicó el portavoz del Ministerio de Defensa, el mayor general Igor Konashenkov, en un comunicado. En la factoría se producían armas químicas que se usaban en Irak, agregó.
La ofensiva aérea alcanzó el miércoles zonas próximas al lugar donde se registró el presunto ataque químico, en Khan Sheikhoun, explicó Ahmed al-Sheikho, del equipo de Defensa Civil de Idlib. No hubo víctimas porque la zona fue desalojada tras el ataque de la víspera, agregó.
Entre los 72 muertos hay 20 niños y 17 mujeres, dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.
Abu Hamdu, un alto cargo de la Defensa Civil Siria en Khan Sheikoun, señaló que su grupo registró 70 fallecidos.
Los rescatistas del grupo siguen encontrando sobrevivientes, incluyendo dos mujeres y un niño que estaban escondidos en un refugio subterráneo bajo su casa, explicó.