133 millones de resultados en 45 segundos arroja en Google la búsqueda del término storytelling, el cual se podría definir como una técnica de comunicación y marketing que busca unir a la marca con su público a través de una historia que regularmente es narrada por ella.
Este relato, construido y servido de forma única e impactante, busca anidarse dentro del público, hacerlo reflexionar entorno a él y, en ese sentido, parir un significado de ese mensaje, que, posteriormente, será la conexión emocional entre ambos.
Aunque la comunicación de todas las marcas esté apostando al storytelling para instalar sus mensajes, esto no quiere decir que lo estén consiguiendo, sino que para ello hay que recordar que “estamos expuestos a más de cinco mil avisos publicitarios al día”, según reveló el más grande laboratorio de neurociencia en América Latina, Eye on Media, lo que nos lleva a la conclusión de que un relato, por bueno que sea, no es el único que lucha por la atención de su público; también lo hacen otros 4,999.
De hecho, el relato no es un arma nueva de capturar la atención, pero en la última década se ha popularizado su uso fruto de la pandemia que supone la “economía de atención” que padecemos los seres humanos y la facilidad con la que una buena historia logra captarla, aunque no por mucho tiempo.
El dato
El economista, politólogo y psicólogo cognitivo, norteamericano, Herbert Alexander Simon, escribió en 1971: “una gran cantidad de información crea una pobreza de atención y una necesidad de asignar esa atención de manera eficiente entre la sobreabundancia de fuentes de información que podrían consumirla”.
Quizás por eso es por lo que “consultamos el móvil unas 150 veces al día. Apple dice que desbloqueamos el iPhone unas 80 veces. Y si es un Android, el número aumenta hasta 110”, según un trabajo de BBC Mundo publicado en septiembre pasado.
Construyendo una historia que emociona
Si Maya Angelou no se equivocó cuando dijo: “La gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo la hiciste sentir”, es que el reto de las marcas consiste en activar lo que el médico francés Paul Broca llamó en 1878 el gran lóbulo límbico y que hoy conocemos como sistema o cerebro límbico, en el cual se encuentran los instintos humanos, entre ellos las emociones.
- Las emociones son contagiosas y si queremos que nuestro público se emocione la historia debe tenerlo como centro, siendo tan humana que vean en la pantalla aquello que puede ser o es su vida.
- Que sean las más de mil palabras capturadas en una foto que construyan la historia de lo que pudimos vivir, lo que estamos viviendo o lo que necesitamos vivir: felicidad, tristeza, miedo, asco, sorpresa, etc.
- Jorge Luis Borges decía que “la historia cuenta lo que sucedió, la poesía lo que debió ser”, por eso conecta. Todos al final del día nos acostamos con planes para el amanecer y nunca nos pasa por la mente si volveremos a despertar, solo sabemos que mañana puede ser mucho mejor y eso nos mueve, cuenta aquello que sabes que es su fuerza motriz.
Existen muchas recetas sobre cómo crear un buen storytelling, por lo que hay que investigar, implementar y volver a investigar.