Nueva York.-Steve Kerr nunca fue el más talentoso en ninguno de los seis equipos que militó como jugador. Pero sí un tipo vocal. Que lideraba con ejemplo.

Como cuando le hizo frente a Michael Jordan en un entrenamiento con los Chicago Bulls. Pero a partir de ahí, se ganó el respeto del considerado más grande de todos los tiempos. Al igual que ahora hace con sus pupilos.

Diecinueve años después de ganar su último campeonato en activo con los San Antonio Spurs, Kerr busca en estas Finales 2022 su noveno anillo en la NBA: ganó cinco como jugador y otros tres como head coach, todos con los Golden State Warriors.

De la escuela de Lenny Wilkens, Phil Jackson y Gregg Popovich, el otrora base de la Universidad de Arizona es -y se considera- un ‘players coach’. Uno que los apoya dentro de la duela, pero que los mantiene al tanto de lo que acontece fuera de ella.

Un aliado desde el principio del movimiento Black Lives Matter y fuerte crítico de la situación que atraviesa la nación estadounidense en cuanto al debate nacional de venta de armas de fuego.

Un tema sensible para él, pues similar a cientos de víctimas que, años tras año, ven como se repiten los mismos sucesos de esta índole, a él le ha tocado vivirlo de cerca. Kerr toda la vida fue un jugador de rol. Por eso asegura entender ‘más que nadie’ a los suyos, por lo que Le gusta utilizar muchas rotaciones.

Exitoso

2014 Llegó Kerr a Golden State.
En sustitución de Mark Jackson, y ha logrado conseguir tres coronas con los Warriors.