SOS para San Cristóbal

SOS para San Cristóbal

SOS para San Cristóbal

Roberto Lebrón

Escuchar de boca del jefe de la Policía que el crimen “crece como una peste”, que es verdad, le pone los pelos de punta a cualquiera. Y lo digo porque cuando una expresión similar viene de una autoridad de su categoría eso implica que estamos perdiendo la batalla o, al menos, nos aproximamos a una derrota implacable.

Evidentemente que como dominicano que confía en sus instituciones, en este caso en la Policía, aguardo la esperanza de que mas adelante, es decir cuando otro oficial de similar investidura asuma ese cargo, o sea un futuro relevo del mayor general Manuel Castro Castillo, venga con planes concretos para enfrentar una situación tan adversa.

El comentario surge a propósito del baño de sangre registrado en la ciudad de San Cristóbal, provocado por “un endemoniado o poseído por el demonio” -apelando yo a expresiones del propio jefe policial- un verdadero engendro de la degradación social que vive el país, pero en forma particular la antes llamada “Ciudad Benemérita”.

Todavía la gente decente de esa ciudad, que es la inmensa mayoría, no sale del espanto provocado por el cuádruple asesinato cometido por un sujeto de nombre Yerli Aneury Heredia, apodado “El Morao”,  quien luego tomó la decisión de pegarse un tiro en la sien al verse emboscado por el contingente policial, no sin antes desafiarle.

Es lógico, entonces, pedir un SOS urgente en nombre de esa colectividad y frente a eventos socialmente traumáticos como el que acaba de estremecer a una ciudad que antes tan pacifica y segura, pero que en menos de una década se ha convertido en una de las mecas del microtráfico y de los asaltos a mano armada.

Son muchas las especulaciones que se tejen alrededor de la acción inenarrable que cometió el antisocial llamado “El Morao”, a quien se le atribuyen actos tan execrables como homicidios a sangre fría y ser parte de una estructura de venta de sustancias prohibidas  en diferentes lugares del caso urbano de la llamada.

Parecería, ante todo esto, que San Cristóbal no tiene autoridad, comenzando por la propia Policía y la DNCD, de cuyos integrantes asignados a esa jurisdicción se dicen barbaridades impublicables, pero mucho menos parece que hay miembros del  Ministerio Público, de los que también se proclaman primores.

Eso quiere decir, en otras palabras, que esa comunidad está desamparada -además de sus calles y avenidas colmadas de basura porque la alcaldía no la recoge- y ningún funcionario es capaz de tocar puertas para enfrentar la situación e inseguridad que allí se vive. Dónde están el Gobernador, los legisladores…y hasta empresarios?

Me permito, ante tal situación, llamar la atención del presidente Danilo Medina para que ordene tomar las medidas que sean de lugar para que el orden y la seguridad vuelvan a las calles de San Cristóbal, una ciudad que hace cerca de 25 años me acogió uno de sus hijos y donde me siento como en mi pueblo natal: Las Matas de Farfán.

Es imposible admitir, para no decir inaceptable, que la autoridad no sepa donde están las decenas de puntos de venta de drogas que hay allí cuando todo el mundo tiene claro de donde son ofrecidos los diferentes tóxicos. Los únicos que no se enteran de eso son los miembros de la Policía y la DNCD, así como los fiscales.

El cuádruple asesinato cometido por el sujeto llamado “El Morao”, señor presidente, le acaba de poner la tapa al pomo. Ojalá pueda ordenar en lo inmediato que se haga algo en esa ciudad para que luego no sea demasiado tarde, como todo parece indicar. Pido su intervención públicamente porque sé quien es usted y usted sabe quien soy yo.

Este tal “El Morao” debía, se supone, estar cumpliendo condena por uno o por los crímenes que se les atribuyen, pero parece que la permisividad y la falta de control de las autoridades hicieron posible que este sujeto saliera de prisión y, de golpe, causara tanto trastorno en una comunidad y su gente que ya no soportan más.



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