Renaldo Bodden
Aunque sucede en temporada muerta, el rompimiento entre Manny Acta y el Licey cae en la categoría de “sorpresa”, superior a los despidos de Félix Fermín (Toros) y Audo Vicente (Gigantes) en la pasada estación.
Eso quiere decir que nadie está seguro en la pelota dominicana. Necesariamente, tratándose del emblemático conjunto azul y un dirigente de dos equipos de Grandes Ligas, es un movimiento que produce una serie de conjeturas.
Además, Acta viene de llevar al conjunto azul a dos finales en tres años, incluyendo una corona, y ya antes había ganado como dirigente (2003-2004), lo que hacía pensar que era una pieza inamovible.
Aunque no ha habido un boletín oficial, la realidad es que el presidente azul, Miguel Ángel Fernández, propuso reducir los meses de pago y el salario a Manny porque en su nuevo rol de coach de los Marineros no tendría el mismo tiempo de dedicación para el conjunto, sobre todo en la oficina local.
Lo cierto es que la gerencia es un trabajo de año completo (24/7), en responsabilidades y emolumentos, aun así pienso que se pudo haber buscado una salida de condescendencia con ciertos ajustes salariales.
Nada, Manny es un buen activo en el mercado, aunque hay cuatro gerentes confirmados y los Tigres deben nombrar un gerente !ya!
