La barrida electoral casi 60% a 34% de David Collado en la alcaldía hace un año demostró cómo hay enormes oportunidades políticas cuando se suma y colabora.
Este alcalde brilla por su raro perfil: ni una sola valla municipal muestra su foto (¡ay, Roberto!), pero su rostro lo conocen cada día más y más juntas de vecinos, organizaciones barriales, munícipes y dirigentes con interés en su ciudad.
Esa sintonía puso fin a escandalosos conciertos en La Esperilla (aunque le costó a David la bellaquería de atribuirle cierto “materialismo”).
Igualmente, canceló la extravagante “brillante Navidad” y con esos fondos llevó iluminación a calles de barrios oscuros. Quitó los molestosos limpiavidrios de las intersecciones.
Escuchó a industriales para modificar el tránsito pesado por el Malecón, esplendorosamente rescatado.
Limpió y reorganizó los cementerios. Recuperó parques en Las Praderas, Arboleda, Naco, La Ciénega, Pedro Livio y Mirador; mercados en Honduras y Los Guandules.
Claro que quedan problemas (basura, buhoneros, tránsito). Pero mientras otros políticos sólo hablan y hablan, David trabaja y avanza. ¡Quizás nos siga sorprendiendo!