Con frecuencia doy un vistazo al panorama nacional buscando líderes en quienes se pueda confiar, con condiciones para dirigir la nación, con coraje para actuar a favor de la mayoría. Hay pocos.
Debemos “fabricarlos”, despertarlos o motivarlos. He pensado en Sonia Guzmán. Por los conocimientos y experiencias acumuladas, reúne condiciones para ayudar la población.
Sonia es hija del expresidente Antonio Guzmán y doña René Klang (fallecidos). Se formó en un hogar cristiano. Su padre dio lecciones de democracia, laboriosidad y honestidad y su madre, de como manejar las situaciones con dignidad. En Sonia hay señales de que aprendió estas enseñanzas. Ecuánime, juiciosa, respetuosa, tiene amplios conocimientos del campo político, económico y social.
Contrajo matrimonio con el Lic. José María Hernández (fallecido), procrearon tres hijos y tuvieron un hogar hermoso. Desde muy joven laboró en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, PUCMM.
Militando en el PRD, conoció de la dinámica del poder. Cuando su padre ocupó la Presidencia de la República (1978-1982) ella desempeñó el cargo de Subsecretaria Administrativa y en el periodo presidencial de Hipólito Mejía (2000-2004) fue Secretaria (Ministro) de Industria y Comercio. De manera acertada, encabezó el equipo que negoció el Tratado de Libre Comercio con EU y Centroamérica (DR-CAFTA), para proteger la producción nacional.
De la forma como falleció su padre y de las versiones surgidas, recibió enseñanzas duras, dolorosas. Por algún motivo, Dios lo permitió. Nada sucede al azar. Hoy, su madurez es serena y tiene más que aportar a la nación.
Los recursos intelectuales, materiales, espirituales que se reciben, deben compartirse con los demás.
La vida es una y termina. Además, es una forma de agradecer a Dios. “Con los pobres de mi tierra, quiero yo mi suerte echar”, dijo un gran pensador. Los líderes bien intencionados deben darle a Sonia la oportunidad de hacerlo con un rol activo a nivel nacional.
Ojalá el gobierno de turno o los dirigentes de su partido, la convencieran para ocupar una posición donde aporte a toda la sociedad. Lo hará bien.
La población recibirá los beneficios de su madurez y desde las alturas, sus padres sonreirán complacidos.