Washington.- «Ustedes son oficialmente los tontos útiles de Irán».
Esas fueron algunas de las duras palabras que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dedicó a quienes se manifestaban en Washington DC en contra de su presencia este miércoles en el Capitolio de Estados Unidos.
En un discurso ante ambas cámaras del Congreso, el mandatario israelí agradeció el apoyo que su país ha recibido de Estados Unidos tras el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando miles de milicianos del grupo palestino Hamás entraron en Israel causando la muerte de unas 1.200 personas y secuestrando unas 250, según datos israelíes.
Ese ataque sorpresa fue el disparador de la guerra en Gaza, que ya se prolonga por más de 9 meses. Las autoridades de la Franja afirman que más de 39.000 personas han muerto como consecuencia de la ofensiva israelí, pero esa cifra no distingue entre combatientes y civiles.
Durante su discurso, Netanyahu subrayó los intereses comunes entre Israel y Estados Unidos en Medio Oriente, esbozó a grandes rasgos cuál es su visión para Gaza después del final del conflicto y ratificó su decisión de mantener la ofensiva hasta lograr la «victoria», entendida como la destrucción de las capacidades militares de Hamás y de su gobierno sobre Gaza, así como la recuperación de todos los rehenes capturados en Israel.
«Los manifestantes deberían sentirse avergonzados»
El discurso de este miércoles fue el cuarto que pronuncia Netanyahu en el Capitolio, lo que lo convierte en el mandatario extranjero que más veces ha comparecido ante el Congreso estadounidense.
El mandatario israelí fue invitado por una iniciativa del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, que luego fue respaldada también por los demócratas.
Su presencia fue motivo de polémica tanto dentro como fuera del Capitolio. Decenas de legisladores del Partido Demócrata, incluida la expresidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi, optaron por no asistir.
En un mensaje en X después del discurso, Pelosi dijo que era el «peor» que había pronunciado un mandatario extranjero ante el Congreso.
La representante por Michigan Rashida Tlaib -la primera legisladora palestino estadounidense- sí acudió al hemiciclo, pero portando un cartel que por una cara decía «culpable por genocidio» y, por la otra, «criminal de guerra».
En Washington DC se congregaron miles de manifestantes para protestar contra Netanyahu y la guerra en Gaza.
En su discurso, el mandatario israelí se refirió a esas protestas y dijo que muchos de los que participan en ellas «eligen apoyar al mal». Aseguró que Irán financia esas manifestaciones.
«Tengo un mensaje para esos manifestantes, cuando los tiranos de Teherán, que cuelgan a los homosexuales de las grúas y asesinan a las mujeres por no cubrirse el pelo, les elogian a ustedes, les promueven y financian, ustedes se han convertido oficialmente en los tontos útiles de Irán».
También habló de las manifestaciones de este tipo ocurridas en reconocidas universidades estadounidenses como Harvard, la Universidad de Pensilvania o el Instituto de Tecnología de Massachussets (de dónde él es egresado).
«Estos manifestantes cantan From the river to the sea [‘Desde el río hasta el mar’, un lema que Israel considera un llamado al genocidio porque implica la desaparición de Israel], pero muchos no tienen idea de qué río o de qué mar están hablando», enfatizó.
«No solamente están reprobados en Geografía, sino también en Historia. Llaman a Israel ‘Estado colonial’. ¿No saben que la tierra de Israel es donde Abraham, Isaac y Jacobo rezaron y donde (los reyes) David y Salomón gobernaron?”, planteó.
Tras el final del discurso de Netanyahu, una parte de los manifestantes se marchó de los sitios de protesta, pero empezaron a registrarse algunos incidentes de violencia que fueron reprimidos por la policía con gas pimienta.
Cerca del Capitolio, los manifestantes quemaron al menos una bandera estadounidense.
La alianza con Estados Unidos
Netanyahu aprovechó su discurso para subrayar los intereses comunes entre EE.UU. e Israel.
Refirió cómo su país está enfrentado simultáneamente a Hamás, a la guerrilla libanesa de Hezbolá y a las milicias hutíes de Yemen, considerados como agentes de Irán.
«Cuando combatimos a Irán, luchamos contra el enemigo más radical y asesino de Estados Unidos», dijo.
Añadió que cuando Israel actúa para evitar que Irán se dote de armas nucleares «no solamente nos estamos protegiendo a nosotros mismos, les estamos protegiendo a ustedes [EE.UU.]».
“Nuestros enemigos son sus enemigos, nuestra lucha es su lucha, nuestras victorias serán sus victorias”, agregó, en alusión a Estados Unidos.
Una Gaza desmilitarizada
En su discurso de este miércoles, Netanyahu rechazó las críticas recibidas por parte de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional que ha señalado a Israel por supuestamente usar el hambre como arma de guerra en Gaza.
Aseguró que si no hay suficiente ayuda en Gaza es porque «Hamás se la roba». Sin embargo, numerosas agencias de la ONU y grupos humanitarios han acusado a Israel de retrasar la entrada de alimentos y otro tipo de suministros.
El primer ministro israelí aprovechó su discurso para esbozar la visión que tiene para una Gaza postconflicto.
«El día después de que derrotemos a Hamás, surgirá una nueva Gaza», dijo y abogó por una Franja de Gaza «desmilitarizada y desradicalizada» dirigida por una «administración civil».
Señaló que ambas condiciones -desmilitarización y desradicalización- fueron impuestas por EE.UU. sobre Japón y Alemania tras la II Guerra Mundial, lo que abrió las puertas a décadas de paz.
Afirmó que Israel no tiene intenciones de establecer nuevos asentamientos en Gaza, aunque dijo que en el futuro previsible buscarán tener control absoluto de la seguridad en la Franja «para garantizar que Gaza nunca más vuelva a ser una amenaza para Israel».
Añadió que los futuros gobernantes de Gaza no deberían intentar destruir a Israel.
«No es pedir demasiado», agregó.
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