Conceptuoso siempre, Leonel Fernández por fin habló sobre Odebrecht. Dijo –y concuerdo- que ningún partido ha legislado ni creado más controles legales para combatir la corrupción que el PLD.
Pero la actual ordalía política prueba que de nada sirvió. Fernández espera que la Justicia actúe legalmente “con absoluta imparcialidad e independencia; en base al principio de presunción de inocencia: y sujeto al criterio de legalidad de las pruebas”.
¡Como los verdes! Pese a la ineficacia de la oposición, este maremágnum judicial traerá consecuencias graves.
El PLD enfrenta una sorda compresión interna mayor que nunca antes cuya única posible solución es una purga tipo boschista: expulsar a todo procesado por corrupción. Sólo con baremo igualitario, sin grupismo, podrán preservar ese partido. Bosch y Balaguer, o Aznar, Blair, Castro y Clinton, supieron soltar lastre cuando debieron.
¿Dependerá la imagen histórica de Leonel de la reputación de Diandino, Félix y Díaz Rúa? Danilo Medina y Fernández están obligados a botar peso muerto para salvar su barco. ¡Lo exigen sus bases más que los verdes!