Solo tuyo

Solo tuyo

Solo tuyo

Ana Blanco

Una palabra importante, muy importante. Para mí, clave en cada una de las facetas de la vida. Sin ella se cae en rutinas, frustraciones y desencantos.

Ahora bien, ¿qué hace que actuemos motivados? Seguramente me dirían que eso depende mucho de las circunstancias, pero yo creo que la raíz de la motivación es la misma, sin importar la acción. Y no se trata de recompensas o de éxitos, ni siquiera de resultados como tal.

La motivación llega de muy adentro, de sentirte cómodo con quien eres y de hacer cada una de las cosas con el total convencimiento de que estás dando lo mejor de ti. No hay mayor motivación que saber que cuando emprendes una acción lo haces para aportar, crecer, aprender, lograr cambios positivos…

Y si lo logras, ahí entra la satisfacción y si no lo haces ahí llega el análisis de qué paso y de nuevo a intentarlo. Pero la motivación debe mantenerse intacta porque no importa cuántas veces fracases, no importa cuántas veces triunfes, el ser fiel a tus valores, a tus principios y actuar en consecuencia es algo que nadie va poder hacer por ti.

Por eso la motivación es tan personal, tan intransferible y al mismo tiempo tan importante, sin ella nos dejamos envolver por lo que otros opinan, por premios inmediatos o, peor aún, dejamos que los fracasos ganen la partida y tiremos la toalla. Nunca lo hagas sin estar seguro de que realmente es lo que quieres.

Confía en ti, conócete, mírate cada mañana en el espejo y motívate a ser y dar lo mejor de ti porque, cuando acabe el día, quizás estés agotado, pero con una sonrisa que solo entenderás tú. Y no hace falta que nadie más lo sepa. Es algo tuyo, solo tuyo.



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