¡Solo por hoy!

¡Solo por hoy!

¡Solo por hoy!

¡Sesenta años! Este día mi dudosa fe no será intermitente, pues siento que debo agradecer a Dios por regalarme tantas bendiciones inmerecidas desde que comencé a respirar el 17 de abril de 1958.

A esta edad mi mamá aun vive con relativa buena salud; mi esposa lleva 32 años ganándose el Cielo conmigo; mis hijos están encaminados; ¡por fin ya soy abuelo! Mis hermanos y sus familias me enorgullecen por sus valores y virtudes.

Mis pocos amigos son excepcionalmente entrañables. Sin ser rico nunca nada me ha faltado; he conocido buena parte del mundo; con brevísimas excepciones por necesidad, he trabajado siempre en oficios que amo, lo cual aligera la sentencia adánica.

El país y el mundo son increíblemente distintos a cuando crecí; tenemos más confort pero mayores crispaciones también.

Si la madurez significa reaccionar mas reposadamente y entender que la voluntad e inteligencia tienen bastante oficio procurando mejorarme yo mismo, entonces estoy encaminado.

Llegar tan lejos del principio es estar más cerca del fin, pero ¡sólo por hoy soy eterno!



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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