Unos juran amor eterno frente a la sociedad. Otros llevan su unión adonde los lleve la vida sin convencionalismos. Otros permanecen juntos compartiendo una existencia vacía desconociendo qué los une. No saben los sueños de las personas con las que comparten alcoba, desconocen sus debilidades. Es como una existencia de máscaras permanentes.
Parecería lógico que la persona con la que piensas o sueñas compartir tu vida conozca tu luz y también tus sombras. No siempre todas las uniones son así y es que muchas veces no nos enseñan a amar, mucho menos a ser, sólo a parecer y lo que parece entendemos como real y verdadero se confunde de tanto andar con el antifaz puesto.