En una conversación tuiteada ayer con mi amigo el político Vinicio Castillo Semán, cuyos ímpetus admiro aunque no todas sus causas, este admitió: “Yo no creo en inocencia de Félix”, refiriéndose al suspendido secretario de organización del PLD, sancionado por el gobierno estadounidense por imputada mega-corrupción.
¿Quién queda pues que crea que el senador Bautista es inocente de cuanto se le atribuye? Si es tan tenue la presunción de inocencia, ¿por qué entonces denostar o atacar al secretario general del PLD, Reinaldo Pared, por haber aplicado su responsabilidad estatutaria removiendo de sus puestos directivos a Félix y al secretario de finanzas del partido, Víctor Díaz Rúa? Estamos en un drama en que sinrazones de facciones nublan el juicio.
En la mecánica cósmica, el proceso judicial, la moral social y la ética partidista (¿será oxímoron?), hay cuestiones mayores que el chismecito, la intriga y el retruécano concho-vinchista vocativo de impunidad. “No mas preguntas, magistrado”, diría, porque si no cree en esa inocencia, de meretriz honesta, ¿por qué defenderla tanto? Get it, Vinicio?