El uso de los conceptos evoluciona muchas veces fuera de las determinaciones de la lógica, del lenguaje y de disciplinas filosóficas que orientan la producción del conocimiento, como la epistemología y la filosofía.
Así, el mal uso de ciertos términos, adquiere el carácter de “lugar común” aunque éste sea incorrecto si es repetido y manejado en los medios masivos de comunicación y/o, más recientemente, en internet y las redes sociales.
Es lo que ocurre con el concepto de sociedad civil: hay quienes entienden que se trata de una especie de militancia, de una adscripción o adhesión ideológica.
Y esto es inexacto, incorrecto. Por ejemplo, un ministro, en tanto actor político es parte de la sociedad política. Pero la función pública no agota la totalidad de las dimensiones de la vida de una persona.
En tanto padre miembro de una asociación dentro del centro de estudios, miembro de un club, comprador en un supermercado, accionista de una empresa, miembro de una iglesia, ese mismo actor de la sociedad política es un actor, también, de la sociedad civil.
Porque, de lo que se trata es de que las dimensiones sociedad política y sociedad civil no se refieren a posiciones ideológicas o políticas, sino que son “posiciones de sujeto”, esferas de un cierto tipo de relaciones sociales.
Se está en una u otra esfera de relaciones y se pertenece a ambas, aunque en la concepción de la vida que usted tenga, se oriente más por los criterios de aquella de las esferas en las que predomina su actividad cotidiana.
No existe una separación mecánica entre sociedad civil y sociedad política.
Aunque si hay distinción entre entidades de la esfera de lo político/estatal y las organizaciones de la sociedad civil. Volveré sobre el tema, porque es importante.