SANTO DOMINGO.- Aunque semanas atrás había escasez de reactivos, hoy ese no es el problema que dificulta el acceso a la prueba del Covid-19, sino la sobredemanda existente que superan las 3,000 solicitudes diarias solo en el Laboratorio Nacional Doctor de Defilló, cuya capacidad es de 1,300 análisis al día.
A juicio de la presidenta del Colegio Dominicano de Bioanalista, Alba Suriel, esto representa un colapso del sistema de diagnostico nacional, donde cada día más de la mitad de las muestras que se reciben se retrasan semanas, por el cúmulos de interesados, asegura.
Otro impasse que trastorna dichas operaciones es la manualidad de la recepción de las muestras, en la cual se pierde más de cinco y seis horas al día, afirma la licenciada.
El proceso de la toma de muestra en el laboratorio estatal, es realizado por unas seis personas, quienes deben de recibir entre 2,300 y 3,000 pacientes al día, tomarles la muestra con el hisopo especial que es introducido en un contenedor, luego manualmente codificarlo junto un formulario denominado BS4A que deben ser llenado a mano para identificar a quien corresponde la muestra.
Entonces, prosigue Suriel, cada formulario debe ser fotocopiado y enviado al área de virología donde unas 19 bionalistas, procesan las muestras y luego realizan el trabajo de extracción con los equipos que demora entre dos y tres horas. Posteriormente tienen que incubar la muestra y lavar los aparatos. En resumen el procesar una muestra para Covid-19 tarda más de 10 horas.
Este proceso, calificado por la gremialista como tedioso, impide la agilización del diagnostico, cuya demora puede llegar a los 20 días para que el paciente conozca los resultados, por la cantidad de muestras retrasadas. Esto derivado de la demanda del examen que superar la capacidad del centro. “Siempre hay muestras retrasadas de otros días o un operativo de emergencia al que darle prioridad”, indicó.
Aseveró que luego de la jornada laboral, el cual se realiza las 24 horas al día, las licenciadas quedan exhaustas y aseguró que muchas de ellas han requerido atención médica por el estrés y el cansancio, asociado a la escasez de personal, porque fue reducido al 35% por la pandemia y las limitaciones.
En total en el sector público hay unas 1,900 bioanalistas a nivel nacional y en centros privados casi siete mil.
“Este sistema ha dejado en vergüenza al Gobierno, por la falta de automatización de los procesos necesarios para dar respuesta efectiva y a tiempo a la demanda nacional. La pandemia del Covid-19 desnudó la deficiencia de los servicios de salud en el mundo”, dijo.
Abogó porque se instale un software que permitan codificar automáticamente las muestras, para que se agilicen los trabajos y también porque se formule un protocolo efectivo para la toma de muestra.