Sobre la Flor Nacional, otra vez

Sobre la Flor Nacional, otra vez

Sobre la Flor Nacional, otra vez

Rafael Molina Morillo, director de El Día

A muchos podrá parecerles un tema insípido y trivial el de la Flor Nacional, que ha desatado una lluvia de opiniones diferentes en las redes sociales y demás medios masivos de comunicación, pero a mí me parece importante desde el punto de vista de nuestra identidad ciudadana, al igual que el Himno, la Bandera, el Escudo, el merengue, el arroz con habichuelas, el mangú, la canción “Por amor” y otros símbolos de la nacionalidad.

El asunto tomó tanta fuerza que el director del Jardín Botánico, licenciado Ricardo García, salió al ruedo para explicar las razones que se tuvieron en cuenta para decidir que la Rosa de Bayahibe es la Flor Nacional de la República Dominicana, en desmedro de la Trinitaria o la flor de la Caoba.

He recibido docenas de emails con las más diversas posiciones a favor y en contra de la medida oficial, entre ellas la de Ylda Brito, quien opina que debió hacerse antes una consulta a nivel nacional; mientras que el señor Leo Theuwissen es partidario de que debe realizarse una campaña oficial para dar a conocer a la afortunada nativa de Bayahibe mediante una profusión de fotografías a color publicadas por todas partes, aclarando que no lo plantea como ironía, sino “como simple pedagogía que las autoridades deberían tomar más a pecho”.

Mientras el hacha va y viene, pienso yo, la discusión sobre la Flor Nacional está sirviendo para echarle agua al vino y hacer más llevadera la vida en esta sociedad golpeada por tantos crímenes y asaltos, tanta división en los partidos políticos, tantos reclamos, tanta pobreza y tanta riqueza mal distribuida, tanta corrupción y tanta impunidad.

Si logra amainar tantos males, aunque sea un poquito, ¡bienvenida sea, Rosa de Bayahibe!



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