NUEVA YORK.- Esta historia habla del final de “No Time to Die” (“Sin tiempo para morir”), así que si no has visto la película y no te quieres enterar, deja de leer ya. Que tal advertencia de spoiler sea siquiera necesaria es raro para una cinta de James Bond.
¿No salva al mundo y se sale siempre con la suya? ¿No es esa una de las leyes inmutables del agente 007, como los esmoquins, Aston Martins y villanos con cicatrices y presupuesto aparentemente ilimitado? Con la misma seguridad que sus enemigos pueden construir una guarida en un volcán, Bond tiene un artilugio y un chiste irónico para desplegar en el momento justo y rescatar a la humanidad.
Así lo dice el Libro de Bond. Y sin embargo en “No Time to Die” sucede lo impensable. Por primera vez en 25 películas — y recuerda la advertencia de spoiler — James Bond muere. En la cinta de Cary Joji Fukunaga, el quinto y último turno de Daniel Craig como el espía británico, el final no deja dudas.
Él yace en una isla desierta, con nanobots corriendo por su sangre y bombas cayendo. Es una nueva finalidad para el hombre con licencia para matar, pero, aparentemente, un permiso revocable para vivir.
Pero su muerte es sólo parcial. Si pensaste que las explosiones al final de “No Time to Die” significaban el final de una franquicia que generó miles de millones de dólares, Bond seguramente continuará.
Para consuelo de los fanáticos, “James Bond regresará”, como dice al final de los créditos. “Bond puede seguir por siempre”, dijo Barbara Broccoli, productora de Bond, en una entrevista reciente. “Mi padre (el productor original de Bond, Albert R. “Cubby” Broccoli) me dijo que cuando estaban haciendo `From Russia With Love’ (`De Rusia con amor’), (el escritor) Ian Fleming le dijo: `Sabes, Cubbie, creo que Bond vivirá mucho más que yo’.
Y Cubbie dijo: `Sí, y va a vivir mucho más que yo también’. Estará aquí para siempre”. Este es entonces sólo el final de la carrera de Craig como el agente 007, en la que desde el principio llevó a Bond a una realidad más plausible, introduciendo cosas que alguna vez fueron anatemas como el duelo, el dolor y romances que duran más allá de una película. La muerte siempre acechaba.
En su primera cinta de Bond, “Casino Royale”, el corazón de Bond se detuvo brevemente. Los tropos no fueron abandonados sino deconstruidos. Cuando el camarero le pregunta cómo quiere su Martini en esa película, en lugar de responder el clásico “agitado, no revuelto”, Bond dice: ¿Me veo como si me importara un bledo?” Luego de 15 años, Craig ha durado más en el papel que cualquier otro actor anterior, y evidentemente se ha cansado más durante ese tiempo.
En “No Time to Die”, la más conmovedora de las cintas de Bond, Craig dirige al personaje hacia la familia y el amor (Léa Seydoux regresa como la Dra. Madeleine Swann en un rol prominente) y un terreno emocional más profundo que el que el agente secreto trotamundos haya atravesado.
La muerte no llega como una conmoción, sino como la culminación natural de un arco narrativo que ha convertido al superespía decididamente en un ser mortal. También es un giro cada vez más popular en Hollywood, donde las franquicias son imperecederas y los reinicios eternos. Cuando la propiedad intelectual puede continuar infinitamente, la muerte es una novedad.
Si el destino del mundo siempre está en juego y el futuro del protagonista nunca está en duda, es una forma de modificar una fórmula.
Para algunos, tiene pinta de entrometerse con las fuerzas primarias de Bond. El crítico de cine Jordan Hoffman lo llamó el “síndrome de la nueva Coca-Cola”. “¿Qué tipo de mundo es este?”, dijo Hoffman en un video grabado mientras regresaba a casa después de ver la película. ”¿Qué sentido tiene? Se supone que debe escapar.
Esta película es escapismo. Esta no es una película seria. Esta no es una franquicia seria”. En todo caso, el sentimentalismo de tales fallecimientos no radica en el destino del personaje, sino en la partida de un actor.
Harrison Ford estaba listo con “Star Wars” e hizo su salida absoluta en “The Force Awakens” (“El despertar de la fuerza”). El reinado de 10 años de Robert Downey Jr. como Iron Man recibió un largo velorio en “Avengers: Endgame”, una película que jugó con la muerte de la mitad de los héroes de Marvel en el suspenso inicial.
Craig, quien después de “Spectre” (“007: Spectre”) dijo que preferiría cortarse las muñecas que hacer otra película de Bond, sin duda se librará de los rumores de un futuro regreso de 007. No es tan diferente de cómo se han sentido algunos autores acerca de los personajes emblemáticos que los definen.
Arthur Conan Doyle arrojó a Sherlock Holmes por un acantilado antes de finalmente someterse a la presión pública por una resurrección. Ian Fleming escribió un obituario para Bond en “You Only Live Twice” (“007: Sólo se vive dos veces”) de 1964 que finalmente resultó falso (Bond no está muerto), pero que incluía una serie de detalles de la propia vida de Fleming.
“Es muy complicada la relación que Fleming tenía con Bond”, dijo Craig, quien ha tenido sus propios sentimientos encontrados sobre el personaje, en una entrevista reciente. “No le agradaba. Trató de matarlo.
No hay mucho en lo que respecta al personaje. Fleming lo llamó, creo, `una sombra”’. Una vez que concluya la despedida de Craig, comenzará la búsqueda de un nuevo Bond. Los productores Broccoli y Michael Wilson han dicho que no comenzarán hasta el próximo año. No han puesto parámetros sobre quién podría encajar en el papel, excepto para decir que James Bond es inherentemente un personaje masculino.
Tampoco han dicho cómo se reanudará la franquicia después de la conclusión de “No Time to Die”, más allá de que será borrón y cuenta nueva. La próxima entrega podría fingir que Bond nunca murió, o aludir a ello de alguna manera.
Cuando Craig asumió el papel, hubo planes de hacer una historia de origen que rastreara la formación de James Bond, una posibilidad esta vez, si los productores eligen contratar a un actor más joven.
El humor también podría recuperarse de la fatalidad, y tal vez inevitablemente lo haga. “Relájate, 007”, sugirió el crítico de cine del diario Los Angeles Times Justin Chang, “y por el bien de la variedad, que tu próxima encarnación inevitable sea más alegre”.
Wilson una vez llamó las películas de James Bond no una serie larga sino “una serie de series”. Con el final de esta película nacerá un nuevo Bond. Muchos han deseado ver a Idris Elba (ahora de 49 años) heredar el papel, mientras que otros están apoyando al prometedor actor de “Bridgerton”, Regé-Jean Page.
Más nombres aflorarán, pero sea lo que sea que le depare el futuro a Bond, “No Time to Die” aseguró que, quizás más que nunca, será un nuevo comienzo. James Bond podrá perecer, pero en un taquillazo de esta magnitud el mañana nunca muere.