El proceso electoral en la era de Trump empezó en marzo de 2024, que es la fecha en se celebra el «Supermartes», o las elecciones primarias, y quien las gana entra en la carrera para la nominación presidencial del Partido Republicano.
La composición del sistema electoral de Estados Unidos es bastante compleja debido a su estructura federal y la división entre los diferentes niveles de gobierno.
Pero es uno de los mejores sistemas electorales del mundo, aunque a partir de Trump, el sistema político estadounidense se ha convertido en un show televisivo ejerciendo una influencia negativa sobre la confianza de los ciudadanos en el sistema, e incrementando la `desafección` (desconfianza) por la política y los políticos.
El proceso electoral de EE. UU. está diseñado para garantizar que la participación sea amplia y que se mantenga la separación de poderes entre el gobierno federal y los estatales.
Los votantes eligen a los funcionarios en varios niveles del gobierno (federal, estatal, local), y el sistema electoral depende de las reglas que se aplican a cada tipo de elección.
La historia del sistema electoral de Estados Unidos ha evolucionado de manera significativa desde sus primeros días. La Constitución de 1787, que estableció las bases del sistema electoral, ha cambiado a lo largo del tiempo debido a una serie de enmiendas constitucionales, leyes federales y decisiones judiciales.
Desde los primeros años (1787-1820), en que los padres fundadores redactaron la Constitución de los Estados Unidos, establecieron un sistema electoral para elegir al presidente y vicepresidente a través del Colegio Electoral.
Sin embargo, aunque la Constitución no especificó detalles sobre cómo funcionarían las elecciones, dejó muchas de las reglas a la interpretación y al desarrollo posterior, fue claro la idea de que los electores, que serían «sabios y prudentes», votarían por el presidente sin depender completamente del voto popular.
De esta forma se consolidó el voto electoral, que permite la elección indirecta, y el voto popular tenía un papel limitado.
George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos, en la primera elección presidencial, en 1789, fue elegido casi por unanimidad, ya que no existían todavía los partidos políticos organizados en el sentido moderno.
En los primeros años de la República, los partidos políticos comenzaron a formarse a partir de Thomas Jefferson y de Alexander Hamilton, que fueron los representantes de los primeros partidos demócratas y federalistas o republicanos.
El sistema del Colegio Electoral sigue siendo el método utilizado para elegir al presidente y vicepresidente, aunque ha sido objeto de críticas debido a que un candidato puede ganar el voto popular y perder en el Colegio Electoral (en esta ocasión Trump ha ganado ambos).
El sistema electoral de Estados Unidos ha sido modelado por siglos de cambios, luchas por los derechos civiles y reformas constitucionales. Desde sus primeros días, ha evolucionado de un sistema elitista e indirecto hacia un sistema en el que la participación popular juega un papel central.
En la era de Trump, el sistema electoral de Estados Unidos, al principio, se vio marcado por la disputa del resultado de las elecciones, la propagación de desinformación sobre el fraude electoral y la erosión de la confianza en las instituciones democráticas.
Aunque el sistema formal de votación enfrentó tales controversias, los intentos de subvertir los resultados y las reformas electorales impulsadas a nivel estatal y popular, reflejan los desafíos que enfrenta la democracia estadounidense en el siglo XXI. Ahora, Trump encarna el miedo y los sentimientos de los estadounidenses, que viven sometidos a imposiciones decadentes de todo tipo.