Siria, conflicto sin fin

Siria, conflicto sin fin

Siria, conflicto sin fin

Dunia De Windt

Tres años de cruenta guerra civil y nada nuevo ocurre salvo el aumento de víctimas. Las organizaciones internacionales miran hacia otro lado, excepto en el certero hallazgo de armas químicas que originó todo un revuelo de atención mediática. Sólo han abandonado el país 20 toneladas de materiales tóxicos de las 1,200 que posee en un conflicto de virulenta violencia que alcanza cifras escalofriantes de víctimas a manos del régimen de Al Asad.

De hecho, ese “descubrimiento” del arsenal químico fue el único episodio en que tímidamente los organismos internacionales de seguridad alzaron un poco su voz para exigir junto con el gobierno norteamericano el desarme químico inmediato y evitar un ataque con misiles estadounidenses que el presidente norteamericano Barack Obama estaba decidido a lanzar. El 26 de Enero del año 2011 marcó el inició de esta debacle al unísono de otras protestas llamadas “primavera arábe” como sucedió en Túnez, Egipto o Libia.

Salvo que aquí en Siria su gobernante Bashar Al Asad ha resultado ser inquebrantable. Sumado a una población fragmentada en grupúsculos sectarios que se enfrentan no sólo contra las fuerzas del régimen sino entre ellos mismos.

El partido Baaz que lidera Al Asad controla todos los puntos importantes del poder gubernamental desde el golpe de Estado de 1963 cuando se suspendieron la mayor parte de las garantías constitucionales que protegían los derechos ciudadanos y permitió a las autoridades apresar de manera arbitraria y a su vez, celebrar juicios políticos ante tribunales de la Seguridad del Estado que negaban a los acusados la oportunidad de recurrir las condenas y sólo les fue permitido asistencia jurídica muy limitada.
Bashar Al Asad sucedió en el poder a su padre en el año 2000.

El éxodo es constante. Un millón de sirios huyeron hacia Jordania, Líbano, Turquía, Irak, el Norte de África y hasta Suecia aceptó recibir desplazados. Números que cada día aumentan y campos de refugiados que no dan abasto con los países limítrofes.

En una situación geopolítica nefasta como la actual en la zona, el gobierno de Asad enfrenta disímiles conflictos que antes lidiaba por separado, como es la agresión de Israel-EE.UU.; la disputa del poder con los sunitas; la injerencia constante de los sauditas; la presión de un sector político de crear en la región de Deir El Zor un Comité Nacional de Transición inspirado en los mercenarios libios y apoyados por EE.UU., desde Irak; las conspiración del exvicepresidente sirio, Abdel Halim Kaddam quien jugó al derrocamiento del gobierno sirio y los mercenarios armados por Israel, EUA, Jordania y Arabia Saudita. Además de medio mundo pidiendo a Asad que abandoné el poder.

Recientemente, representantes del régimen sirio trataron de negociar con los opositores en la cumbre de Ginebra II en Suiza, en la que no hubo acuerdo concreto más allá de una todavía incumplida evacuación de 500 familias civiles en el centro de Homs, un bastión rebelde.

Durante esas infructuosas conversaciones sobre una posible solución a esta desgracia fueron registradas 1.900 muertes a manos del régimen de Asad. Estas conversaciones ocurrían mientras más víctimas yacían en el suelo…