Sinvergüencería

Sinvergüencería

Sinvergüencería

El recién fallecido exdictador panameño Manuel Noriega, depuesto por los gringos mediante una sangrienta invasión en 1989, tuvo importantes y variados vínculos con los dominicanos. Su mentor fue el presidente Torrijos, afín a la Internacional Socialista y gozador grande, a quien una vez vi aquí con mis ojos tirarse vestido en la piscina del Jaragua.

Peña Gómez fue asesor y confidente de Noriega, a quien defendió ardorosamente hasta momentos antes de que Marines lo apresaran para convertirlo en el primer jefe de Estado condenado por narcotráfico en una corte federal estadounidense.

La esposa y sus tres hijas, una casada con un hijo de un exministro de las Fuerzas Armadas dominicanas, residieron en Santo Domingo por muchos años.

Cuando oigo a ciertos gallos-locos o cacos-de-rola pontificar sobre cómo el agotamiento de la democracia partidista podría justificar algún gobierno de guardias, aparte de Trujillo pienso en Chávez, Somoza, los Castro y también Noriega…

Hay que estar muy loco o sinvergüenza para justificar a megalómanos, asesinos, ladrones y peor aun, ineptos uniformados.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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