Síndrome del ejecutivo: cuando el trabajo te persigue

Síndrome del ejecutivo: cuando el trabajo te persigue a todas partes

Síndrome del ejecutivo: cuando el trabajo te persigue a todas partes

El síndrome del ejecutivo no se considera actualmente un trastorno psicológico en los manuales diagnósticos, por lo que no se han fijado criterios exactos que sirvan para su identificación.

Cuando las preocupaciones y tareas laborales te perseguen más allá del horario laboral y no te permiten disfrutar de las vacaciones o días libres probablemente, según los expertos, se trate del síndrome del ejecutivo.

El ritmo de vida acelerado y las altas expectativas en el ámbito laboral han dado lugar a este síndrome, también conocido como burnout ejecutivo o fatiga del líder. 

Las personas lo sufren más durante los meses de verano, época de vacaciones.

El doctor Joaquín Mateu Molla, docente de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), señala que el síndrome del ejecutivo describe el patrón emocional y conductual de quienes están persistentemente enfocados en su trabajo.

“Quienes viven con este síndrome pueden tener grandes dificultades para desconectar de sus obligaciones laborales”, explica Mateu.

El experto señala que las personas que padecen el síndrome del ejecutivo marcan sus días en torno al trabajo y a las tareas pendientes, sin disfrutar de un tiempo libre de calidad y repercutiendo en otras facetas y aspectos de la salud física y mental.

Causas del síndrome del ejecutivo

El experto de la VIU explica que el síndrome del ejecutivo depende de factores personales y organizacionales y es más común en personas perfeccionistas, exigentes y ambiciosas en su vida laboral.

“A menudo consideran que su ausencia en el puesto de trabajo repercutiría negativamente en la empresa”, detalla Mateu.

El trabajo, la empresa o las condiciones laborales de los trabajadores pueden influir en la manera en la que afrontan su actividad propiciando y promoviendo actitudes que derivan en el síndrome del ejecutivo.

Sin embargo, otra posible causa es que el trabajo pueda ser una vía de escape de los problemas personales y por ello hay quien le dedica más tiempo y esfuerzo.

Efectos sobre la salud

Entre las principales consecuencias negativas para nuestra salud física y mental, el especialista destaca:

  1. Dolores: sobre todo de cabeza y de espalda.
  2. Alteraciones gastrointestinales y mareos.
  3. Problemas en la piel y caída progresiva del pelo.
  4. Problemas para dormir: según el experto el síndrome del ejecutivo “impide que los procesos fisiológicos que inducen el sueño discurran con normalidad”.
  5. Aumenta la posibilidad de sufrir burnout, un trastorno asociado al estrés que se expresa con síntomas ansioso-depresivos y una sensación de falta de realización personal y desinterés hacía nuestra actividad profesional.
  6. Abuso de las tecnologías.

También destaca que las personas con esta alteración suelen caer en “un uso abusivo de sustancias estimulantes y depresoras del sistema nervioso central. Estas circunstancias agravan todavía más el estrés y sus consecuencias”, concluye Mateu.

síndrome del ejecutivo
El estrés producido por el trabajo tiene efecto negativos en nuestra salud física y mental.

Consejos para frenar el síndrome del ejecutivo

El síndrome del ejecutivo no se considera actualmente un trastorno psicológico en los manuales diagnósticos, por lo que no se han fijado criterios exactos que sirvan para su identificación.

“Esto no significa que sea irrelevante, sino que todavía no se dispone de la evidencia suficiente para que la comunidad científica lo trate como un problema diferente a otros que ya tienen consenso amplio”, expone el doctor Mateu.

1. Reconocer nuestra situación

En esta línea, defiende el experto de Universidad Internacional de Valencia, que lo primero y más importante es reconocer la situación que estamos atravesando.

“Incluso debemos contemplar la posibilidad de que las relaciones que forjamos con otros empiecen a estar comprometidas por nuestra forma de gestionar el tiempo del cual disponemos”, expone Mateu.

2. Reflexionar y analizar cómo distribuimos el tiempo

Cuando somos conscientes de esto, el especialista recomienda reflexionar y analizar qué lugar ocupa el trabajo, el autocuidado o el tiempo libre en nuestra agenda.

Propone hacernos preguntas como: ¿Damos a nuestra vida laboral un peso excesivo en la ecuación de nuestra autodefinición? ¿Creemos que el ocio y el descanso son una pérdida de tiempo o, en el mejor de los casos, totalmente innecesarios?

3. Prestar atención al autocuidado

Saber equilibrar la vida personal y profesional es imprescindible para evitar el agotamiento y dar lo mejor de nosotros mismos tanto en el trabajo como en el ámbito privado.

Joaquín Mateu Molla aconseja prestar especial atención al autocuidado, a nuestra salud física y mental y recomienda encontrar en nuestra vida cotidiana momentos de diversión para compartir con quienes están cerca de nosotros y con personas ajenas al trabajo.

Otras recomendaciones de la Universidad Europea

Por otra parte, también el doctor en Psicología Clínica y profesor de la Universidad Europea Ricardo de Pascual aborda los riesgos de no desconectar del trabajo en vacaciones y sufrir estrés, ansiedad o insomnio.

Para este especialista cobra también relevancia el autocuidado.

“Cada vez se habla más del autocuidado -considera-, pero en muchos casos se olvida que cuidar de nosotros mismos consiste en atender a la pareja, los familiares, los amigos y todas esas personas que conforman nuestra red de apoyo y que son quienes van a estar ahí siempre que les necesitemos, no los jefes”.

Reducir el uso de las tecnologías

El especialista de la Universidad Europea explica que las nuevas tecnologías son el peor enemigo y que es importante reducir en todo lo posible el uso del teléfono móvil y el ordenador si no es para tareas estrictamente personales o familiares.

Dedicar más tiempo para el ocio

Respecto a nuestra salud mental, Ricardo de Pascual recomienda participar en actividades que nos gusten y motiven para favorecer la desconexión del trabajo.

“No tienen que ser hobbies complicados sino hábitos sencillos como ver series, leer, salir a correr o reunirse con amigos. Lo importante es que ayuden a sacar la cabeza del bucle del trabajo”, concluye el experto.