Con la misma cara seria que ha heredado de su padre, la misma que suele poner para hacer sus denuncias tremendistas, el abogado y ahora diputado por carambola Vinicio Castillo Semán (Vinicito) anunció sin tapujo alguno que su familia se quedaba en el gobierno, que no renunciaba como había advertido días atrás.
Gente de palabra declara sin rubor: “donde dije digo, digo Diego”.
El vocero de la familia Castillo y/o la “Fuerza” Nacional “Progresista” (sabemos que es lo mismo) incumplió su promesa de que su partido (su familia) rompería la alianza con el Gobierno si el Ejecutivo promulgaba el Reglamento para la aplicación de la Ley 169-14 sobre Naturalización.
“Estamos aconsejando al presidente Medina, como amigos leales, de que ese proyecto de reglamento viola la Constitución y la soberanía nacional. Si él lamentablemente se lleva de Montalvo y firma esa traición, nosotros no tendríamos espacio para estar en el gobierno”, declaró “Vinicito” la semana pasada.
Pero este jueves, el novel diputado nos sorprendió y cambió su discurso por esta exigencia: rigor en la aplicación del Reglamento.
Ya lo habíamos advertido en un artículo anterior, dudábamos que en la FNP hubiera suficiente “valentía” como para soltar -oigan bien- estos carguitos: Ministerio de Energía y Minas, Comisión Nacional de Ética, Migración, Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos y uno que otro puestecito más.
Por eso, aunque habló duro y se atrevió a llamar traidores a quienes respaldaran el Reglamento, “Vinicito” reculó y con él toda la familia Castillo. Hizo gárgaras con sus palabras amenazantes y luego se las tragó.
Como dice el pueblo: “Cantaron como gallos y…”; el resto usted ya lo sabe.